Estar cerca de la Virgen de los Desamparados era el sueño de Pedro, un niño de 8 años de Jaén que es paciente oncológico, y lo ha podido cumplir gracias a la asociación Pídeme la Luna y la colaboración de la Basílica de la Virgen de Valencia.

 

Pedro “es un niño muy inteligente y vivaracho, y muy devoto de la Virgen, que tenía la ilusión de conocer a la Virgen de los Desamparados. Además de conseguirlo, nos ha dado a todos una gran lección de fe y nos ha desbordado con su gran alegría y buen humor”, destaca Marisol Escribano, presidenta de la asociación Pídeme la Luna.

Pídeme la Luna está constituida por enfermeras y familias de niños oncológicos del Hospital Infantil de Jaén y recientemente ha comenzado su labor en el Hospital La Fe de Valencia. Su objetivo es hacer realidad las ilusiones de estos pacientes tan especiales.

 

La Virgen le estaba esperando

 

 

Al conocer el deseo de Pedro, la asociación se puso en marcha. Organizaron una visita a Valencia y previamente contactaron con la Basílica, que abrió, sin dudarlo, sus puertas a esta petición para darle una sorpresa a Pedro: ser monaguillo en una misa dominical a los pies de la Virgen de los Desamparados.

 

El pasado fin de semana, un grupo de niños oncológicos de la provincia de Jaén viajó, de la mano de Pídeme la Luna, con sus familiares, personal sanitario y voluntarios, a Valencia para disfrutar de distintas actividades, como visitar la Ciudad de las Artes y las Ciencias, el Oceanográfico, el Bioparc y la Basílica. Esta última parada era la que realmente ilusionaba a Pedro.

 

“La emoción de Pedro se desbordó cuando el pasado domingo entramos a la Plaza de la Virgen y le contamos que la Virgen de los Desamparados le estaba esperando. Tanto es así que se quedó sin apenas articular palabras”, cuenta Marisol Escribano.

 

En la Basílica, su vicerrector, Álvaro Almenar, “recibió y dio la bienvenida al grupo y le pidió a Pedro que lo acompañara durante toda la misa, en la que les dijo que ante el dolor y el sufrimiento no hay que desmoralizarse y hay que seguir adelante.”. En la eucaristía, las madres de la asociación hicieron sus peticiones y los niños llevaron unas ofrendas. Al finalizar, la presidenta dirigió unas palabras de agradecimiento, a la Basílica y a todos los valencianos.

 

El íntimo encuentro en el Camarín

 

 

Después de la misa, Pedro subió al Camarín de la Virgen donde, “a los pies de la Mare de Déu, el vicerrector le explicó que la Virgen se iba a dar la vuelta para que pudiera besarla, algo que sólo hacían los reyes y gente muy importante”. Además, “le invitó a pedir a la Virgen por todos los niños de Oncología una vez estuviera delante de Ella”.

 

En el Camarín, “la emoción inundó a los padres de Pedro y a algunas madres que, junto a niños y voluntarias de la asociación, pudieron acompañarle en este acto. Con un nudo en la garganta vimos cómo Pedro ascendía las escaleras, besaba a la Virgen y rezaba ante Ella”, señala la presidenta de Pídeme la Luna.

 

Un regalo inesperado

 

 

A Pedro y al grupo de niños, familias y voluntarios de Jaén aún les esperaba otra sorpresa. Acompañados por Álvaro Almenar, canónigo celador del Santo Cáliz de la Catedral de Valencia, visitaron la Capilla de la Seo donde se custodia la sagrada reliquia.

 

En la Catedral, Almenar contó “de forma muy didáctica” la historia del Santo Cáliz a todos los niños, “que atendían y observaban con asombro”, asegura la presidenta.

Por todo ello, “agradecemos de forma especial la colaboración del vicerrector de la Basílica por haber derrochado tanto cariño y atención a Pedro y por brindarnos la oportunidad de poner a todos nuestros niños bajo la protección de Nuestra Señora de los Desamparados”, concluye Escribano.

 

 

Fuente: Arquidiócesis de Valencia

 

 

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