
Contra los deseos de su madre deja la división de Inteligencia del Pentágono para ser monja dominica
“La llamada de Dios en mi vida se hacía insistente y mi deseo de entregarme completamente a Él hacía que la vida en casa fuera muy incómoda para mí y de paso para mis hermanas a las que mi madre les decía: «¡Dadle lo que quiera para que no entre en el convento!»”