Wilder Guerra, es hoy un comerciante de 40 años, casado, con cuatro hijos, proveniente de una familia muy unida. “Mi papá albañil, mi mamá docente, de muy buenos principios, católicos por demás”, cuenta a Portaluz.
 
Nacido en Granada Antioquia (Colombia), recuerda que por años este fue un lugar violento, abatido fuertemente por la guerrilla y las creencias paganas. “En mi pueblo pululaban los grupos de oración con videntes, donde era muy común que la gente fuera a que le dieran sus mensajes, sus cosas, era como una brujería oficial”, destaca Wilder.
 
Él también buscaría crearse un dios a su medida oscilando entre grupos protestantes, también con seguidores de la ufología y otros de la New Age. Diez años anduvo en su búsqueda personal de un sentido trascendente, pero su corazó seguía inquieto.

La rabia y el perdón
 
Pero no gustaba de mostrar a otros aquellas dudas, las zonas oscuras del alma; y cuando vio que su hermano –a quien llamaban “oveja negra”- se convertía a la fe católica, lejos de apoyarle o respetar esa experiencia vital, lo cuestionaba.  “Yo no tenía fe y de alguna manera socavaba la fe de muchas personas y los cuestionaba con los mismos errores, vacíos y sofismos que yo tenía en mí”.
 
Su hermano no se dejó amilanar por la verborrea de Wilder y cuando este hubo terminado de hablar le respondió humilde… “Yo no estoy en la capacidad de contestar todas esas cosas, pero si la Iglesia católica es una mentira, no es necesario atacarla porque la mentira se acaba sola, no se sostiene, no es necesario. Entonces, te pregunto: ¿Por qué la atacas?”.
 
Wilder recuerda que en ese momento quedó unos instantes sin argumentos y solo pudo pronunciar dos palabras: “Es verdad”, respondió Wilder y nada más decir esto -agrega- sintió… “una explosión de ira, mucha rabia conmigo mismo al haber contestado eso porque yo quería decir todo lo contrario”.
 
A pesar de seguir inmerso en esa lucha interior, Wilder se dejó tocar por la bondad espiritual que su hermano le transmitía, pidiendo le perdonase por su conducta intolerante y aceptando la invitación de asistir juntos a un retiro espiritual mariano.

"Soy tu Madre"
 
Pocos días después ya en medio de esa experiencia, le pidieron colaborar portando en procesión una imagen de la Virgen. La emoción le invadió mientras hacía el trayecto procesional con esa imagen de la Madre de Dios y perdió, dice, la noción espacio temporal por un tiempo que no logra precisar. Sintiendo un profundo ardor en el centro del pecho que se expandía por todo su cuerpo tenía visiones por lapsos breves, como relámpagos… Observaba como manos visibles arrojaban piedras contra imágenes de la Santísima Virgen y él podía sentir el dolor que provocaban aquellos ataques. “Entonces fue que escuché una voz diciéndome: «Soy yo en tu vida, soy tu Madre, aunque me has atacado» …”.
  
Finalizado aquel retiro -ya hace 15 años- Wilder señala haber comenzado un proceso de conversión apoyado en los sacramentos, uno de cuyos frutos ha sido fundar en Cali una sede del movimiento Lazos de Amor Mariano.  “Mi sueño ahora es ser fiel a esta gracia que Dios me ha dado, para que con el instrumento que Dios tiene que es la Virgen María, podamos ayudar a tanta gente que como yo lo estuve, anda en la ignorancia, metidos en miles de ofertas espirituales, que solamente ahondan el vacío de muchas personas” afirma.
 
 
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