
por Portaluz
23 Mayo de 2025El 31 de mayo de 2025, el arzobispo José Horacio Gómez de la Arquidiócesis de Los Ángeles (USA) ordenará a ocho nuevos sacerdotes en la Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles. Uno de ellos, de 32 años, es el misionero y psicólogo Paul Collins.
Nacido en Santa Paula, California, fue bautizado en la Parroquia de San Sebastián y a la temprana edad de 5 años un sacerdote habló a la comunidad sobre el problema de las ratas en Haití. El relato lo impresionó tanto -cuenta Collins al portal Angelus de la Arquidiócesis de Los Ángeles- que creció pensando en ser sacerdote misionero. "La idea de servir a Dios y a la gente con problemas siempre estuvo ahí", dice Collins, el segundo de ocho hermanos.
El 31 de mayo de 2025, ese sueño se hará realidad en su misa de ordenación. Pero el camino hasta aquí no fue nada sencillo.
Era apenas un muchacho de 20 años cuando, tras un par de años en la universidad, decidió concretar su anhelo de infancia y se hizo misionero.
Se fue a vivir "a las altas montañas de Perú", pensando que sería el terreno propicio para discernir el sacerdocio. Pasó años allí antes de volver a casa, aunque todavía inseguro de lo que le deparaba el futuro.
Volvió a la universidad y se licenció el 2016 en psicología. Después de tantos años fuera, pensó que le alegraría volver a Estados Unidos, pero pronto se desilusionó. "La verdad es que fue muy duro volver", dice Collins. "Me di cuenta de que había estado haciendo algo realmente importante, significativo y satisfactorio durante mi estancia en Perú; cuando volví intenté simplemente conseguir un trabajo, comprarme un teléfono e ir a los partidos de los Dodgers, y era muy decepcionante".
Después de unos años reconoció que el llamado a ser sacerdote seguía siendo fuerte. Pero ahora no sólo quería ser sacerdote, sino servir a un grupo específico: los militares. "La gente en todas partes tiene muchas dificultades en su corazón de las que quieren hablar con un sacerdote o hablar con Dios", dice Collins. "Pero creo que hay una mayor concentración en una población como la militar, donde hay mucho estrés, muchas dificultades, incluso en tiempos de paz, por no hablar de si vamos a la guerra y hay muerte y destrucción. Hay mucha necesidad de Dios en ese tipo de entornos".
Tras terminar la universidad en 2016, ingresó en el Seminario St. John's en 2017. Tras más de una década de experiencias y discernimiento, solo necesitó unos días en St. John's para darse cuenta de que estaba en el lugar adecuado. "El segundo día en St. John's me sentí como en casa", afirma Collins. "Me sentí muy asentado. Mis inquietudes durante los últimos tres años, desde que había regresado de Perú en 2014, desaparecieron. Estaba donde se suponía que debía estar".
Patrocinado conjuntamente por la Archidiócesis de Los Ángeles y la Archidiócesis de las Fuerzas Armadas de EE.UU., Collins tiene previsto permanecer en Los Ángeles durante unos años antes de ir a servir como capellán de la Marina, que, según Collins, es la más necesitada de todas las ramas militares. Timothy Broglio, arzobispo de la Archidiócesis de los Servicios Militares y presidente de la USCCB, incluso asistió a la misa de ordenación diaconal de Collins en 2024.
Tanto si trabaja en una parroquia como en un buque de la Armada en medio del océano, en cualquier caso, espera tener un corazón disponible para consolar a los que sufren. "Creo que lo más importante es hacer saber a la gente que, si sufren, Dios está a su lado", dice Collins. "Luego es importante ayudar, intentar aportar soluciones, intentar aportar curación. Yo me sentaré con ellos, los escucharé y estaré ahí".