
por Aleksander Banka
Para mí uno de los fragmentos más importantes y significativos de la exhortación «Dilexi te» de León XIV es el que cito entre comillas a continuación de este párrafo. El Papa muestra claramente que hoy en día no se puede entender la pobreza solo en un sentido estricto, tradicional y material. Es una llamada directa a buscar nuevas formas de respuesta creativa, por ejemplo, a la pobreza de aquellos que experimentan debilidad y fragilidad personal o social, o la pérdida de libertad. Me pregunto si, entendida así, la pobreza no se convierte hoy también en diversas manifestaciones de enfermedades físicas y mentales que destruyen al ser humano y atentan contra su dignidad, en tormentos y daños, o en adicciones y esclavitudes multidimensionales. ¿No se está convirtiendo hoy en día, como una de las formas de respuesta a estas formas de pobreza, el servicio de la oración por la curación, la oración de intercesión o el acompañamiento integral a las personas quebrantadas por diversos tipos de crisis? Creo que el Papa nos invita hoy no solo a una visión más amplia de la pobreza, sino también a una comprensión renovada y más creativa de la actitud de misericordia y de las obras de misericordia. Quizás porque nos hemos acostumbrado demasiado fácilmente a la pobreza como parte de este mundo. El pontificado de Francisco, y ahora la exhortación de León XIV, son un llamado para que nuestro «acostumbramiento» no se convierta en indiferencia y ceguera...
"En el rostro herido de los pobres encontramos impreso el sufrimiento de los inocentes y, por tanto, el mismo sufrimiento de Cristo. Al mismo tiempo, deberíamos hablar quizás más correctamente de los numerosos rostros de los pobres y de la pobreza, porque se trata de un fenómeno variado; en efecto, existen muchas formas de pobreza: aquella de los que no tienen medios de sustento material, la pobreza del que está marginado socialmente y no tiene instrumentos para dar voz a su dignidad y a sus capacidades, la pobreza moral y espiritual, la pobreza cultural, la del que se encuentra en una condición de debilidad o fragilidad personal o social, la pobreza del que no tiene derechos, ni espacio, ni libertad. En este sentido, se puede decir que el compromiso en favor de los pobres y con el fin de remover las causas sociales y estructurales de la pobreza, aun siendo importante en los últimos decenios, sigue siendo insuficiente" (Dilexi te 9-10).