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"¡Hola! ¡Soy un sacerdote católico!" Richard, el cura que evangeliza en cafeterías y casinos

En tiempos de misión se requiere estar dispuesto para llevar el kerygma a todo lugar y el padre Richard está llevando almas a Cristo.

por Portaluz

24 Octubre de 2025

Tal como puede verse en la foto de portada, este sacerdote hace lo que sea necesario por llevar almas a Cristo. "¡Hola! ¡Soy un sacerdote católico!", es el saludo explícito del letrero pegado en la parte posterior de la computadora portátil del padre Richard Miserendino, capellán de la pastoral católica en la Universidad de Mary Washington y sacerdote de la Diócesis de Arlington, Virginia.

Situado en la cafetería del campus, su cartel invita a los transeúntes a hacerle una pregunta, charlar, orar juntos, confesarse o simplemente saludarlo.

En tiempos de misión se requiere estar dispuesto para llevar el kerygma a todo lugar y muchas veces comenzar por algo tan trivial como una conversación -quizá solo para dar compañía- compartiendo un café. Así lo vive el padre Rich, como lo apodan cariñosamente, para quien la evangelización demanda ser paciente al dar testimonio con la sola presencia, en un espacio que podría parecer poco habitual para las experiencias de fe. "A veces, estar aquí es solo para escuchar", corrobora.

En el transcurso de un par de horas en un reciente día de otoño brillante y claro, el primero después de las vacaciones de otoño de la universidad secular de más de 110 años, cuando las hojas estaban cambiando, el padre Rich intercambió breves saludos con docenas de estudiantes que pasaron. Otros, sin embargo, tomaron asiento, y fue entonces cuando el ministerio de presencia del sacerdote fue especialmente evidente.

Un ex marine de los EE. UU. le contó que se estaba adaptando a los desafíos civiles a raíz de un intenso despliegue que les habían ordenado. Otro estudiante mencionó que recién había perdido a su abuelo. Un joven que llevaba un sombrero blanco de vaquero y agarraba un ramo de flores brillantes envuelto en celofán contó que se dirigía a presentárselas a su novia, para conmemorar el sexto aniversario de su relación... pidió una bendición.

Diferentes personas con diferentes historias, pero cada uno confiaba sus confidencias al hombre afable y con anteojos, con un cuello clerical, mientras se sentaban o permanecían de pie bajo el sol de la tarde. "A veces, son un poco más teológicos. A veces son un poco más de corazón, ya sabes, cosas en las que la gente está trabajando", dice el padre Rich, quien comenzó este 'ministerio al aire libre' hace aproximadamente un año. "A veces las personas simplemente se sienten solas y quieren hablar. Y así, varía".

Adéntrate en las profundidades, en la cafetería

capellan del campus

"Hacemos muchas cosas en el Campus católico de la Universidad", explica el sacerdote, mencionando como ejemplo una procesión eucarística reciente, así como la adoración eucarística pública. Luego toma un respiro y prosigue su relato. "...Pero es increíble cómo, en la era de los teléfonos celulares, con los auriculares puestos y todo el mundo mirando su teléfono, puedes tener grandes carteles publicitarios que digan 'Ministerio Universitario Católico' y van a pasar de largo".

La respuesta al cómo enfrentar esa experiencia repetida una y otra vez le vino a la mente recordando aquel pasaje del Evangelio de Mateo, capítulo 4, versículo 19 que también cita Marcos en 1,17: «Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres». Fue la promesa de Jesús. Y entonces comprendió que si en el lugar que estaba no lograba buenos resultados de pesca, pues tendría que "intentar mover el bote", comenta.

Ministerio de acompañamiento poniendo todo en manos de Dios

padre rich miserendino evangeliza

Venciendo sus dudas y temores, abandonándose a la providencia de Dios comenzó su particular misión que pronto mostraría resultados.

"Se convirtió en algo en lo que pensé: 'Vaya, esto realmente está funcionando. La gente se acerca y me hace preguntas'", dijo todavía algo sorprendido y feliz al descubrir la sed de Dios en la mayoría de los jóvenes. 

"No diría que cada conversación que tengo conduce a una conversión inmediata en la que alguien dice: 'Oh, Dios mío, ahora voy a ser católico'. Pero, por lo general, es el comienzo de otra conversación, y otra conversación. Lo interesante es que a veces la gente te ve durante un par de días y te saluda, o te saludan con un par de asentimientos, o lo que sea. Y luego, después de tres o cuatro días, es cuando finalmente se armarán de valor para venir a hablar contigo. Es un trabajo de amor y lleva tiempo, pero tienes que estar ahí afuera, estando presente".

Y aunque los campus universitarios estadounidenses a menudo se presentan como ecosistemas ardientes de confrontación en la defensa de ideas políticas y demandas sociales, esa no ha sido su experiencia. "No está tan impulsado por los eventos actuales como podría pensarse. Muy poca gente me pregunta sobre política. Y nadie ha tratado de agredirme sobre un tema candente. Realmente quieren saber sobre los temas humanos".

Estar honestamente interesado en lo que el otro vive

La duración de sus charlas depende, dice, básicamente del tema. "La más larga, creo, fue de dos horas y media, era sobre Dios, el género y todo lo demás. Pero más a menudo, es algo como: 'Oye, ya sabes, realmente no creo en Dios o realmente no practico, pero tengo algunas preguntas'. Ese tipo de cosas. Y luego, tal vez después de un tiempo, si profundizas, te harán algunas preguntas relacionadas con su realidad actual".

El padre Rich cuenta que varios de los que han venido a estas conversaciones han ido luego a misa, y no pocos han tomado el compromiso de asistir a la catequesis de adultos (RICA) para concretar su conversión a la fe católica. 

"Nuestra cultura está hambrienta de comunidad. Puedo formar parte de la vida de estas personas y evangelizar desde la cotidianidad de la conversación. El simple hecho de estar presente y abierto a ello es bueno, en el sentido de que los invita a venir en sus propios términos.

Cuando se le pregunta si le gustaría ver a otros imitar su esfuerzo misionero, el padre Rich no duda en alentar. "Mi esperanza sería que más sacerdotes estuvieran dispuestos a intentarlo, y lo encontrarían menos conflictivo de lo que probablemente suponen. Hay una gran hambre (de Dios) y la gente a menudo es curiosa. Si estás dispuesto a tener una conversación paciente y enseñar desde la perspectiva de: 'No es tu culpa que no sepas estas cosas; esto es lo que creemos', creo que eso da grandes frutos. No es un carisma especial lo que me han dado. Solo tenemos que llevar la fe a donde está la gente. Tú también puedes hacerlo", concluye el sacerdote.

 

Fuente: OSVnews.com