Imagen ilustrativa. Gentileza de Tim Mossholder.
Imagen ilustrativa. Gentileza de Tim Mossholder. Unsplash

La trampa de las páginas web "Oración Milagrosa" y "Oración para Hoy", al descubierto

Algunos portales de Internet y perfiles en redes sociales divulgan textos con apariencia de oraciones cristianas... que no son tales. Sus autores se esconden tras el anonimato, divulgan supersticiones y conjuros mágicos, y alimentan un suculento negocio. Millones de personas engañadas en Facebook.

Portaluz. Luis Santamaría del Río

28 Noviembre de 2025

Hay multitud de propuestas de oración cristiana en Internet. Entidades y personas de las diversas confesiones cristianas comparten en páginas web y redes sociales, además de aplicaciones móviles, textos para ayudar a los internautas en su relación con Dios. Católicos, ortodoxos y evangélicos ofrecen materiales para orar basados en la liturgia, la Biblia, la experiencia de los santos y testigos de la fe, etcétera.

Muchos creyentes no sólo utilizan estos contenidos para nutrir su propia vida de fe, sino que los comparten en las redes sociales o los envían directamente a familiares, amigos y conocidos a través de su dispositivo móvil. Pero en ocasiones un hecho como éste, que procede de las mejores intenciones, puede tener graves consecuencias para los destinatarios, porque a veces son textos que, en lugar de ayudar al trato con Dios, acaben por alejar a la persona de Él.

Dos ejemplos muy concretos... y anónimos

identidad oculta

Si observamos los perfiles en las redes sociales de algunas instituciones católicas y referentes eclesiales (además de otros organismos vinculados a confesiones cristianas no católicas), hay dos páginas de Internet muy populares y que consiguen "viralizar" en cierto modo las oraciones que publican a diario. Se trata de los portales "Oración Milagrosa" y "Oración para Hoy", a los que se llega muy fácilmente a través de cualquier buscador. Para hacernos una idea de su impacto, la página en Facebook del primer portal suma 3,4 millones de seguidores, y la del segundo, 180.000.

El registro del primer dominio data de 2015, aunque podemos rastrear la existencia de la web al menos hasta 2008. El segundo es más reciente, ya que fue creado en 2018. La apariencia de ambos es muy sencilla: un esquema de tipo blog (construido con la herramienta Blogspot), con publicaciones que se van superponiendo a las anteriores y un buscador. Las herramientas de análisis web revelan que cada usuario emplea un promedio de dos a tres minutos en su visita: lo necesario para leer el texto que se propone como oración.

La primera sorpresa que arroja la investigación es que, aunque ninguno de los portales remita al otro, pareciendo así independientes... la realidad es que son publicados por el mismo autor: lo demuestra el hecho de que comparten una misma dirección de correo electrónico, entre otros datos. ¿Y quién es, o qué organismo está detrás? La respuesta es el silencio. Si consultamos el apartado "Quiénes somos" en cualquiera de las dos páginas, no aparece nombre alguno. El anonimato sirve como escondrijo a las personas o el grupo que publica esas supuestas oraciones cada día para que lleguen a millones de personas.

¿Oraciones cristianas?

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Alguien podría objetar que, en el fondo, no importa quién esté detrás de estas páginas web, siempre que ofrezcan unos materiales que sirvan para la oración. Bastaría con saber lo que se puede leer: que las oraciones las divulga "un grupo de personas que creemos en el poder transformador de la oración y en que Dios responde cuando a Él clamamos". Aun así, parece extraña esta insistencia en el anonimato, cuando es muy fácil dar cualquier nombre o referencia institucional -o adscripción eclesial o confesional- sin necesidad de caer en la presunción o la vanagloria. La humildad nunca está reñida con la transparencia.

Eso sí: lo verdaderamente importante -y en esto cualquiera estará de acuerdo- es que las oraciones sean tales, que los textos compartidos constituyan, efectivamente, un instrumento para el diálogo con Dios, ya que en eso consiste la oración. Y lo primero que hallamos en un análisis superficial es claro: parecen oraciones. Todas ellas se inician con una invocación del tipo "Amado Dios" o "Señor mío y Dios mío", algo totalmente aceptable para cualquier cristiano. Hasta ahí, todo bien.

Pero si seguimos revisando los diversos textos, algo llama poderosamente la atención del lector avispado: la casi total ausencia del nombre de Jesús en la web "Oración para Hoy". A lo largo de los años 2024 y 2025 sólo aparece en siete ocasiones "Jesús" y una vez "Cristo". No sucede lo mismo en "Oración Milagrosa", donde es más fácil encontrarlo... pero simplemente como sustituto del término "Dios". Es decir: nada de dirigirse a Dios Padre, como es costumbre entre los cristianos, "por Jesucristo, nuestro Señor" -en la tradición católica- o "en el nombre de Jesús" -en la tradición protestante-.

Un análisis detallado de estas páginas web nos ofrece otros "patinazos" que demuestran que están confeccionadas por personas ajenas a la fe cristiana. Por ejemplo, en un texto dirigido a la Santísima Trinidad -y que, por ello, contribuye al engaño, pareciendo fiel a la doctrina cristiana-, se le dice lo siguiente: "te suplico que intercedas por mí ante el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, y que me concedas aquella gracia que tanto necesito". ¿La Trinidad intercediendo ante la Trinidad? Incomprensible o al menos errado, e inaceptable.

Palabras para conseguir cosas: ¿conjuros?

textos de oraciones en redes

Con mucha frecuencia se proponen oraciones "para alcanzar bienestar y prosperidad", con la finalidad de conseguir "un milagro urgente" o "para pedir por milagros extraordinarios". La sorpresa aumenta cuando hallamos también una "oración para multiplicar el dinero". Aunque a veces los textos puedan parecer aceptables, el fondo es siempre el mismo: las webs proponen las palabras como capaces de conseguir lo que piden. 

Por ejemplo, al terminar una plegaria que busca el bienestar del orante se señala que "Dios proveerá con generosidad todo lo que necesiten. Entonces siempre tendrán todo lo necesario y habrá bastante de sobra para compartir". O tras pedir la salud, se asegura que "todos los dolores y enfermedades serán sanados en el nombre del Señor". La realidad no es así. Dios no es el genio de la lámpara maravillosa que cumple los deseos de quien le suplica. 

¿Se trata de una expresión de confianza en la Providencia de Dios? No: en realidad, se proponen unos textos que equivalen a fórmulas mágicas o conjuros, por muy revestidos que estén de oraciones cristianas y de muestras de fe. La insistencia machacona en los milagros es muy significativa. Y no sólo eso: encontramos algo tan extraño como una supuesta "oración secreta de Moisés que rompe cadenas de tristeza, escasez y estancamiento". ¿Secreta? ¿Es de Moisés y no está en la Biblia? ¿Quién la ha inventado, atribuyéndosela al líder israelita? En verdad, un intento vergonzoso de engañar a los incautos.

Hágase "mi" voluntad

Hay otro dato a tener en cuenta: la ausencia de referencias a la voluntad de Dios. Una y otra vez parece imponerse la voluntad de la persona que utiliza la oración, como forzando al Señor a que se pliegue a los propios deseos. Por ejemplo: "yo confío en que todo lo que emprenda hoy estará sostenido por tu mano poderosa y respaldado por tu voluntad perfecta". ¡Ah, pero si aquí aparece la voluntad divina! Pero no es más que una trampa: Dios queda relegado a secretario o ayudante del ser humano, sujeto a la voluntad de su criatura.

En las "oraciones" encontramos otros términos y expresiones más propios de conjuros mágicos y textos de Metafísica, sectas esotéricas u otras corrientes New Age: "que se manifiesten los triunfos", "que los caminos se abran", que el Padre actúe "pasando tus manos sanadoras"... y la reiteración de que se hagan realidad, de forma mágica, la abundancia económica y la prosperidad material. 

Cuando el engaño supone un negocio

abuso

¿Cuál sería la finalidad de ambos portales? No parece que haya un propósito de captación de adeptos para algún grupo oculto tras las publicaciones, ya que no se advierte una estrategia proselitista. Podría pensarse, por un lado, en el tráfico de visitas, que supone un cierto negocio. Pero los números no son muy abundantes, tal como revelan las herramientas de análisis web.

Por otro lado, ¿podemos apuntar a otra forma de lucro? Sí, y es fácil verlo tanto en "Oración para Hoy" como en "Oración Milagrosa": las dos páginas incluyen en su menú de navegación un apartado llamado "Donaciones". En él se lee que la elaboración de la web "requiere una serie de gastos indispensables... que anualmente ascienden a US$ 10.000". Por ello -continúan diciendo- "hoy te pedimos que por favor consideres realizar una donación económica según tus posibilidades" para poder "seguir adelante con nuestra misión".

Los "gastos indispensables" a los que aluden para justificar esta petición de dinero no son reales. Como hemos señalado, la elaboración de las webs -con Blogspot-, las imágenes empleadas -realizadas con herramientas de Inteligencia Artificial- y la repetición de textos -las "oraciones" son recuperadas de meses anteriores cambiándoles simplemente la imagen con la fecha- hacen que el único gasto económico sea el del hosting o pago del dominio. El dinero que llegue servirá, simplemente, para el enriquecimiento de los misteriosos responsables de los portales.

Una llamada a la precaución

Una vez más, descubrimos que hay individuos que se aprovechan de la sed espiritual de tantos usuarios de Internet para ofrecer supuestos materiales católicos o cristianos con intención de hacer un negocio. El problema no es sólo que puedan hacerse con el dinero -mucho o poco- de los donativos hechos por algunas personas engañadas. Sino que, en ocasiones, quienes usen esos materiales acaben viviendo una experiencia distorsionada de la fe, alterando la correcta relación entre Dios y el hombre y, al final, creyéndose dioses poderosos con capacidad de cambiar la realidad. El pecado de la idolatría.

Por eso, ante cualquier material de oración, para un católico la mejor herramienta que ayuda al discernimiento es acudir al Catecismo de la Iglesia Católica, que dedica su cuarta parte (nn. 2558-2865) a la oración cristiana. Y que, en el fondo, no es más que utilizar el "Padre Nuestro", la plegaria enseñada por Cristo, como regla o canon de toda oración. Lo que no tenga que ver con esas palabras de Jesús, no puede ser considerado oración cristiana. También son muy interesantes las 38 catequesis que el papa Francisco dedicó a la oración entre los años 2020 y 2021, basándose en la Biblia.