“Cuando sabes que Cristo ha vencido a la muerte, la guerra se convierte en un absurdo. Cuando lo natural es defenderse, nosotros anunciamos el amor al enemigo. Si vivimos con odio, no somos cristianos. Es el escándalo de la Cruz, anunciar que la solución no es vencer a Rusia, sino curar tu problema interior. La solución es tu conversión”.