"Se necesitan personas e instituciones capaces de asumir un liderazgo renovado" asegura Francisco, y no "eslóganes ni gritos que a menudo permanecen vacíos o antagonismos de partidos que se confrontan para conquistar el escenario".
«Escuchad esto, los que pisoteáis al pobre y elimináis a los humildes […]. Vienen días en que enviaré hambre al país: [...] hambre de escuchar las palabras del Señor» (Am 8,4.11).
El Santo Padre recordó a los nuevos miembros del Colegio cardenalicio que la máxima grandeza y ambición a la que pueden aspirar "es servir a Cristo y a su Iglesia".
"Me preguntaba qué habría pasado en Chile que el 70% de la población que apoyaba a la Iglesia había caído a menos del 40%. Es un fenómeno difícil de entender... Ciertamente es la obra del espíritu del mal"