Mensaje del Papa a matrimonios que promueven la devoción a Nuestra Señora de Fátima

20 de julio de 2018

"La Iglesia condena el pecado, porque debe decir la verdad, pero al mismo tiempo abraza al pecador que lo reconoce", ha dicho el Papa.

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El mensaje del Papa Francisco ha sido leído por el Nuncio Apostólico en Portugal, el Arzobispo Rino Passigato, ante los participantes del duodécimo Encuentro Internacional de los Équipes Notre-Dame (END), que están reunidos en el Santuario de Fátima del 16 al 21 de julio.

Los Equipos de Nuestra Señora, movimiento de matrimonios, dirigido y coordinado por matrimonios que se organizan en grupos llamados “equipos integrados” por cuatro a seis parejas acompañadas por un sacerdote, nacieron la ciudad francesa de París, en el período de la posguerra como movimiento cuya la carta fundacional fue promulgada en 1947.
 
Se trató de una intuición del Padre Henri Caffarel, quien al ser cuestionado por algunos matrimonios jóvenes acerca de cómo podrían ir más allá en sus promesas bautismales y sobre qué les podría ayudar a vivir la fe en pareja, elaboró un método que favorece la comunicación en el matrimonio en profundidad y a la luz de Cristo. Fue así como se acuñó el concepto de “Espiritualidad conyugal” que dio vida al carisma fundamental de este movimiento internacional.
 
El texto del Santo Padre dirigido a María Berta y José Moura Soares, responsables internacionales de los END, se centra en la figura del hijo pródigo, para reavivar su exhortación "a reconocerse a sí mismo en este hijo perdido que regresa al Padre, quien no se cansa de abrazarlo y le devuelve su grandeza de hijo”. 

Tocado por una gran benevolencia – continúa el mensaje – “dejad que vuestro corazón se exprese: ¡es verdad, Señor! Soy un pecador, una pecadora; me siento así y lo soy. Me he perdido. De mil maneras he huido de tu amor, pero estoy aquí otra vez para renovar mi alianza contigo. Te necesito. ¡Redime otra vez Señor! Acéptame, una vez más, entre tus brazos redentores".
 
Nadie está excluido de la misericordia de Dios
 
En el mensaje, Papa Francisco también aclara que los brazos abiertos de Cristo en la cruz “muestran que nadie está excluido del amor del Padre ni de su misericordia". De hecho, "no se resigna a perder a nadie: marido o mujer, padres o hijos ... a los ojos de Jesús, nadie está perdido para siempre, solo hay personas que deben ser encontradas, y Jesús nos empuja a salir para ir a buscarlos".
 
El Vicario de Cristo concluye su mensaje asegurando que si queremos encontrar al Señor “debemos buscarlo donde Él quiere encontrarnos y no donde nosotros queremos encontrarlo".
 

 

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