El corazón de María late con una única pasión: llevarnos a todos al encuentro con Jesús, su Hijo. Y para ello no tiene problemas en subirse al metro si fuere necesario.
Lilo fue enterrada el 27 de junio, con su cámara, sus prismáticos y su rosario, tres símbolos de su vida que el padre Raffaele Salvino comparó con "fe, esperanza y amor" en su misa funeral.
“Estaba allí en persona. Yo estaba asombrado. Me enamoré de nuevo y aún más; lloré de alegría. Fue un encuentro con mi Señor vivo a través de la gracia de su economía sacramental. Fue Su regalo para mí a través de Sus Apóstoles”.
Desde 2010 la religiosa franciscana Joana Aparecida Ortiz da testimonio de Cristo, en medio de la segunda mayor población indígena de Brasil, en Mato Grosso do Sul. Su vocación surge de un sueño profético que comparte en un vívido relato publicado por Vatican News.