En un mensaje dirigido "a los Católicos chinos y la Iglesia Universal" el Papa alienta a la unidad y "como Sucesor de Pedro", les confirma "en la fe de Abrahán, en la fe de la Virgen María... para invitaros a que pongáis vuestra confianza en el Señor de la historia, discerniendo su voluntad que se realiza en la Iglesia".