A pesar de su apariencia inocua, se trata de planteamientos mágicos que no tienen nada que ver con la fe cristiana ni con una actitud religiosa sana… y pueden orientar al ocultismo.
Mientras se realizaba el exorcismo el demonio vociferaba de tal forma a través de la joven posesa que los feligreses, temerosos, llamaron a la policía.