“La novena a la Virgen de Pompeya es la más dura que conozco; son 54 días… Nunca me gustó rezar el Rosario. Siempre me pareció que ese rezo era inútil, y que lograr rezar una decena del rosario era el colmo de mi capacidad”.
“El padre me explicó que tenía que hacer una buena confesión de vida, que tenía que comulgar porque tenía pecados muy fuertes y si yo estaba en gracia de Dios, todo iba a cambiar”, testimonia a Portaluz.
Lilo fue enterrada el 27 de junio, con su cámara, sus prismáticos y su rosario, tres símbolos de su vida que el padre Raffaele Salvino comparó con "fe, esperanza y amor" en su misa funeral.