Angelo Giuseppe Roncalli, Papa Juan XXIII y Karol Wojtyla, Papa Juan Pablo II se han tomado los titulares de los medios de comunicación y reavivado el fervor de quienes admiran su camino de fidelidad a Cristo.
Abundantes y merecidas menciones a sus vidas, pontificado y las consecuencias que ello ha tenido para la iglesia y la sociedad en su conjunto, tendrán su apogeo cuando Papa Francisco -con la autoridad que sólo a él le compete como Pontífice, que ata y desata en la tierra y en el cielo-, establezca la santidad de estos ´guerreros de Dios´ el domingo 27 de abril, día que celebra la Divina Misericordia. La fecha, que fue elegida por el Pontífice, encierra un determinante significado que nos orienta hacia la verdadera noticia…
El ruido del mundo
El ruido del mundo
Que ambos Papas convergen en su devoción a la Santísima Virgen María, en el Concilio Vaticano II -como gestor uno y ejecutor el otro-, y en haber alcanzado las virtudes cristianas es lo evidente.
Para la mirada parcial de algunos vaticanistas el que ambos papas sean canonizados juntos tiene por consecuencia que la figura del “Papa bueno” será eclipsada por la de Juan Pablo II. Otros medios de comunicación en explícita agresión han supuesto una perversa intención en esta doble canonización que califican de forzada… para aplacar críticas a dos Papas en cuyos pontificados abundaron los casos de abusos a menores. También algunos medios de comunicación acusan a Papa Francisco de intentar dar un golpe efectista con la doble canonización para señalar que en la Iglesia si bien coexisten expresiones pastorales diversas (dos papas de perfil marcadamente distinto) la unidad es lo esencial.
La verdad que se celebra
La verdad que se celebra
Pero Papa Francisco y todo creyente sabe que el acontecimiento, la gran buena noticia que ocurre cuando se canoniza es accesible sólo con los ojos de la fe.
Fue el 28 de julio de 2013 en su viaje de regreso desde la JMJ en Río de Janeiro que Papa Francisco, interrogado por la periodista Valentina Alazraki sobre el significado de canonizar a los dos Papas en la misma fecha, respondió:
“Hacer la ceremonia de canonización de ambos al mismo tiempo es un mensaje a la Iglesia: ¡Estos dos son buenos, son grandes, son dos valiosos!”.
Precisamente al canonizar juntos a los dos papas lo que brilla no son las obras de ambos pontífices, ni su pontificado, sino la santidad como valor y objetivo de vida que convoca a todo creyente, según señala el propio Jesús: “Sed santos como vuestro Padre celestial es santo” (Mt 5,48).
Los santos –enseña el apóstol Pablo- son aquellas almas que cooperan efectivamente con Cristo en las obras de la redención, completando en la propia carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo a favor del Cuerpo de él, que es la Iglesia (Col. 1,24).
Unidad en la santidad… a la que todos son invitados
La unidad en la santidad de ambos Papas es lo que postuladores de sus causas de canonización y decenas de sacerdotes han estado proclamando en días recientes.
Mons. Javier Echevarría, Prelado del Opus Dei, ha enviado una carta con motivo de la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II en la que destacó que se trata de dos Papas santos y marianos, y aseguró que el acontecimiento del 27 de abril es “un signo de esperanza para el mundo porque allí donde florece la santidad, las crisis no tienen la última palabra”.
“Cuando hay santidad existe un fundamento sólido sobre el que construir el futuro. En el cristianismo, y de modo particular en los santos, encontramos respuestas a los problemas más profundos del hombre y de la sociedad, que tienen con frecuencia su origen en un alejamiento de Dios”, aseguró el Prelado del Opus Dei en esta carta.
Esta doble canonización tiene lugar a las puertas del mes de mayo, el mes de la Virgen María. El amor mariano es uno de los rasgos principales de estos dos nuevos santos, destacó Mons. Echevarría. “Juan XXIII recurría frecuentemente a la ‘maternidad universal’ de la Virgen, ‘la Madre común, cabeza de todos los hombres, hermanos todos en el mismo Cristo primogénito’”, recuerda.
Mientras que de Juan Pablo II destacó: “La conciencia de la cercanía y de la intercesión de nuestra Madre, representaba un polo de atracción permanente en su propio caminar espiritual y humano, e invitaba a los demás a descubrir la ‘dimensión mariana’ de los discípulos de Cristo. La filiación a la Santísima Virgen decía Juan Pablo II es ‘un don que Cristo mismo hace personalmente a cada hombre’”.
“La doble canonización es un momento de gracia para todos”, ha señalado también esta semana el sacerdote romano Fabio Rosini a decenas de jóvenes de la diócesis de roma en un encuentro pastoral. "La santidad –precisó- no nace de las cualidades personales, es Dios quien llama: para ser santo es necesario conocer a Cristo, saber cómo es el Padre, y cómo trabaja el Espíritu Santo. Los dos papas han cambiado la historia, con la poderosa renovación del Concilio, y con la fuerza para romper los muros y abrir las puertas a Cristo; dos hombres valientes, Angelo Roncalli y Karol Wojtyla criados en la pobreza, forjados en el sufrimiento, pero que han experimentado la providencia de Dios", finalizó.