Imagen ilustrativa gentileza de Aandriyko Podilnyk.
Imagen ilustrativa gentileza de Aandriyko Podilnyk. Unsplash

"El milagro del sol me salvó". El inesperado encuentro con el relato de Fátima salvó la vida de un joven adicto

El éxtasis de las drogas se convirtió en una gran depresión. "Mi vida se volvió sin sentido, sin propósito y el diablo me sugería pensamientos suicidas".

por Portaluz

14 Noviembre de 2025

Como ocurre con tantos adolescentes, tras cumplir 14 años Daniel era un chico europeo rebelde e impulsivo.  Dejó su compromiso como lector en la parroquia y, más aún, decidió romper todo contacto con la Iglesia, que para entonces le parecía una institución muerta.

También fue una época en la que se fascinó con la agresiva subcultura punk. Calzaba pesadas botas militares con cordones de colores, pantalones rotos con los bajos remangados, jerséis oscuros y chaquetas de cuero. Se dejé crecer el pelo, que, como mandaba la norma, no se peinaba con demasiada frecuencia. Escuchaba música punk-rock muy específica y agresiva, que, por cierto, es un excelente vehículo para una filosofía no muy cristiana que puede resumirse en pocas palabras: libertinaje y desprecio total por todo.

La situación se volvió realmente peligrosa cuando empezó a consumir estimulantes. Había partido consumiendo 'suave', solo cerveza y cigarrillos, a los que pronto se sumaron el vino barato y las llamadas drogas blandas, como el hachís. En dos años cambió hasta quedar irreconocible. Sus padres dejaron de ser personas cercanas y se convirtieron en enemigos. "Todavía recuerdo las discusiones muy ruidosas que solían terminar con el llanto impotente de mi madre. Solo iba a casa a comer y dormir, y no siempre. Tenía muchas adicciones, algunas de las cuales me da vergüenza mencionar. En la escuela las cosas iban cada vez peor. Mis periodos de ausencia duraban dos y más semanas; mi nota media bajó de 5,3 a 2,8..."

Sin embargo, a pesar de esta debacle siempre había creído en la existencia de Dios y -aunque fuese de forma inconsciente- tenía algunos atisbos de volver a buscarle. Como cuando tuvo el impulso de leer toda la Biblia o cuando su novia lo llevó a confesarse con un cura que no fue muy empático para guiarlo. "Al confesarme tuve una sensación de alegría, pero este sacramento no provocó en mí ningún cambio importante", señala Daniel.

punk rock

Tiempo después cuando acudió a un festival de rock se topó a la salida con un grupo de jóvenes del movimiento "La Parada de Jesús" que evangelizaban en los paraderos de buses y se fue con ellos porque le ofrecieron albergue. Al llegar lo invitaron a participar en la misa que tocó su corazón y hasta hoy mantiene como un recuerdo inolvidable. Pero a las pocas horas regresó su lado oscuro ... "y escapé en la noche por la ventana, sin dinero, solo con una botella de agua y siete panecillos secos en la mochila".

Las cosas comenzaron a ir de mal en peor. Perdió a su novia y luego a todos sus amigos que ya no lo toleraban. Fue entonces que el mal entró en acción. Para aplastarlo le mostró lo solo que estaba; "que era un don nadie, golpeado por los matones", ignorado por sus amigos. Incluso el éxtasis de las drogas se convirtió en una gran depresión. "Mi vida se volvió sin sentido, sin propósito y el diablo me sugería pensamientos suicidas".

Una noche, angustiado suplicó a Jesús que lo liberase de todo el mal que lo ahogaba y hubo respuesta. "Él se inclinó una vez más sobre este sucio y maloliente pecador. Jesús volvió a llamar a la puerta de mi corazón". 

La liberación comenzó cuando Daniel recordó a un tío, que era un maravilloso sacerdote misionero y decidió visitarlo. Durante el encuentro el sacerdote, aprovechando un inesperado interés de Daniel por las apariciones de Fátima -que ni el mismo sabía de dónde le venía-, le pasó un ejemplar de la Revista Amaos cuyo tema principal eran las apariciones de María en Fátima.

"Muchos cuentan cómo conocieron a Jesús en retiros, cursos de Nueva Evangelización, peregrinaciones u otros eventos similares, pero el Espíritu sopla donde quiere. Mientras estaba tumbado en el colchón de mi habitación, leyendo un artículo sobre el «milagro del sol», de repente recibí una fuerte bofetada del Espíritu Santo. Es muy difícil de explicar, pero en un instante comprendí que Jesús realmente existe y que todo lo demás es «vanidad de vanidades». Jesucristo, así, en un instante, hizo algo que realmente parecía imposible: me quitó mi antigua vida y me dio una nueva, sin adicciones, sin miedo, una vida «en abundancia». Ahora sé que Jesús es el único y verdadero Señor del cielo y de la tierra, ¡y a Él sea la gloria, la alabanza y el honor por los siglos de los siglos! Estoy seguro de que, si Jesucristo hizo algo así en mi vida, también puede hacerlo en la tuya. ¡Su misericordia es mayor que tu pecado! Solo confía en Él... ¡y simplemente déjate amar! «Te alabaré con todo mi corazón (...) Porque grande ha sido tu misericordia para conmigo, y has librado mi vida de las profundidades del abismo»".

 

Fuente: Trwajciewmiłości.pl

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