“Soy un hombre de sesenta años, padre de dos hijas adultas. Los acontecimientos que voy a describir han tenido un profundo impacto en mi vida y he decidido dar testimonio confiando en que pueda ser de beneficio para los demás”.
“Por un lado, me da un poco de miedo, pero, por otro lado, me encantaría que un muerto me visitara y me dejara la certeza de que hay una vida después de la muerte...”, comenta el hermano capuchino Maciej (Mateo) Zinkiewicz, director de la Editorial Serafín.
Sobrevivir cada día era una aventura llena de riesgos porque el padre de Gloria era adicto a las drogas y la dejaba sola buena parte del día y de la noche.
“Cultivar la ternura es mejor que doblegarse ante el demonio de la posesión – el verdadero amor no posee, se dona -, servir es mejor que conquistar. Porque si no hay amor, la vida es triste, es una triste soledad”, alentó el Pontífice.
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