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"Era gay. Hoy soy un hombre de verdad, un hombre libre"

La valentía de Luca para afirmar la frase del titular es también señal de la conquista más importante de su vida, la propia identidad.

por Equipo Portaluz

17 Septiembre de 2013

Quizás una de las mayores intolerancias de nuestro tiempo sea aquella que discrimina a quienes en pleno ejercicio de sus derechos, buscan caminos para dejar de sentir atracción por personas de su mismo sexo, pues esta realidad los mantiene viviendo sin paz.

Luca di Tolve, un Italiano, que vivió por años como gay y hoy tiene por esposa a Terry, ha sido discriminado y perseguido por difundir la transformación de su vida. Luca no afirma que su camino sea el de todo homosexual, pero tampoco niega que su proceso puede ser una señal de esperanza para algunos.

En la presentación de su libro biográfico “Ero Gay”, Monseñor Giovanni d'Ercolle señala que “el testimonio de Luca es un ejemplo a considerar, sin querer por ello realizar una calificación agresiva a quienes hacen otras opciones”.

La infancia

Ahogada durante su infancia y juventud por las tradiciones, cuenta Luca en su libro, su madre buscó en el matrimonio un camino para ser no sólo independiente, sino poder también correr tras sueños de libertad y autodeterminación. Aunque no los tuvo con el padre de Luca, jamás la abandonaron. Su inmadurez y tal vez el anhelo de haber tenido una hija, dice Luca, comprensivo, la llevaron a vestirlo con ropas de niña una buena parte de su infancia, cuando el padre comenzó a ser un eterno ausente. El padre por su parte, un hombre “sofisticado y egoísta”, padecía cierta forma de “narcicismo que le impedía ocuparse de los demás”, confiesa di Tolve. Así, de niño, crecería con un sentimiento de dolor y orfandad, “incluso con sentimientos de culpa” que hoy entiende como una de las causas de su propio descalabro...

¿La homosexualidad? ...Para Luca fue “una trampa -dice-, una condición en la que nos encontramos casi mecánicamente. Desde muy temprana edad me agarró la sensación de ser diferente”. Marcado por una madre dominante y la ausencia de una figura paterna sana, “me llevó, de forma automática a sumergirme en un papel femenino, tomando las acciones y comportamientos de la persona que tenía más cercana, mi madre”, señala.

Desarrolló así mayores habilidades para vincularse con niñas, lo que sumado a su inseguridad provocó que fuere agredido en el colegio siendo calificado, dice, como “mariquita”.

Vivir con el acelerador a fondo y las consecuencias

Así, vivir como homosexual ya en su temprana adolescencia, fue el camino de Luca. Pero pronto sería también el precipicio -según narra en su libro- por el que rodaría hasta tocar fondo cuando le informaron que era portador del Virus de la Inmunodeficiencia Humana, causante del SIDA.

“Llega un momento en que la existencia que llevas -dice Luca- ya no te satisface. Haz probado tantas cosas que te preguntas si no lo has intentado ya todo al punto que arriesgaste la propia salud. Pero, lo que es peor, te das cuenta que no eres feliz”.

“Apostaste al extremo -prosigue-, bebiendo sin límite, junto con cocaína, teniendo sexo con muchas personas al mismo tiempo y en treinta posturas distintas... pero tu calidad de vida no mejora. Entonces como por arte de magia comienzas a darte cuenta que esto es como una niebla que te asfixia. Pero al mismo tiempo sabes que tienes poco tiempo y sólo dos posibilidades: dejarte arrastrar y morir con ellos o tratar de renacer cambiando totalmente de camino mediante una «conversión». Pero no es fácil, pues si bien tu pensamiento es liviano y le gustaría volar, tus miembros están débiles y acostumbrados al vicio del placer efímero, que encuentra en el placer carnal un breve instante de éxtasis”.

Sí, era complejo enfrentar el vivir con VIH, y en las entidades de militancia gay “sólo me decían que usara preservativos", señala.

Renacer para re-encontrar

Luchando con una "depresión tremenda" buscó la paz que anhelaba en las filosofías orientales que nutrían la New Age y el budismo... “Un día, mientras estaba en un templo budista en profunda oración, miré hacia arriba, y en ese instante un pensamiento vino a mí... las imágenes de la Virgen que mi madre guardaba en casa. ¿Por qué debo quedarme aquí, me dije, cuando tengo en mi hogar un icono de la Virgen? Me fui a casa, yo estaba deprimido y me aferré al rosario. Empecé a recitar oraciones que ni siquiera recordaba bien las palabras. Fue muy confuso, pero estaba convencido de que había encontrado alguien en quien podía confiar. Luego nunca salía de la casa, excepto para ir a misa, Me confesé, rezaba mi rosario e incluso pude comenzar a trabajar como empleado”.

Así, gracias a la Santísima Virgen comenzó la anhelada paz de Luca que le permitió mirar su enfermedad no “como un castigo divino”, sino que como una oportunidad para volver a empezar. “A partir de esta etapa primitiva de la conciencia inicié una ascensión difícil, que fue posible sólo por la gracia de lo alto”, concluye.

Fortalecido con su naciente fe el segundo impulso de transformación de Luca vino de la mano de una terapia psicológica.

“Un día me encontré entre los papeles de notas de un amigo el nombre de un tal Joseph Nicolosi, psicólogo americano conocido por su terapia reparativa. En resumen se trata de un viaje psicológico. Al principio estaba enojado. Es difícil aceptar la destrucción de tu identidad, es difícil de desmontar tu privacidad. Es difícil perdonar a los demás y a sí mismo. El aspecto más hermoso fue descubrir que, a medida que restauraba nuevos códigos de amistad con los hombres, mis impulsos homosexuales desaparecieron. Es decir, como que mis relaciones se hicieron verdaderas, sinceras, no superficiales. Aprendí a no sentirme constantemente más abajo que los otros machos. Aprendí a no idealizar a los demás hombres. Volví a dormir por la noche, literalmente. La primera vez que me encontré haciendo conquista a una conocida fue para mí una situación increíble, feliz. Salimos y ella inmediatamente dejó en claro que estaba a favor de la píldora de aborto. Yo le conté de mis experiencias homosexuales, cuestión que no le molestaba en absoluto. Pero cuando añadí que yo era católico, y por lo tanto en contra de la píldora, ella me dejó”.

Poco tiempo después, durante una peregrinación a un santuario mariano, Luca conoció a la que sería su futura esposa, Terry...

“Después de un año de noviazgo nos casamos. Hoy estamos a la cabeza del Grupo Lot ayudando a los homosexuales a florecer. No somos psicólogos, no es nuestro trabajo. Pero por lo que ha sido mi experiencia, sólo puedo decir que el trabajo psicológico y la oración tienen la misma importancia para mí. Son dos pistas paralelas, que no se pueden separar. Yo mismo soy la prueba viviente. Hoy soy un hombre de verdad, un hombre libre". .

Fuentes:

Texto “Ero Gay” de Luca di Tolve

Tempi.it

En el Festival de San Remo del año 2009, el cantante Luca Povia presentó la canción “Luca era gay” que recuerda la historia que hemos presentado. Mira aquí el video:

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