"El Oratorio fue una de las primeras experiencias de Don Bosco y fue una de las iniciativas en las que todas las demás obras fueron modeladas por esta experiencia. El binomio ‘catequesis y juego’ se transmitió en todas las obras salesianas". De esta manera el P. Juan E. Vecchi, VIII sucesor de Don Bosco, destacaba la importancia de esta iniciativa que ha beneficiado a miles de jóvenes en el mundo.
La estrella del baloncesto italiano Antonello Riva es uno de quienes agradece sus años en el Oratorio. "Para mí ha sido una experiencia fundamental, tanto en lo que se refiere a la actividad deportiva como a la formación humana", subraya al portal de la Arquidiócesis de Milán el ex campeón de baloncesto, que participará en la Jornada de Estudios sobre el Oratorio en la Universidad Católica del Sagrado Corazón, en Milán, el 11 de noviembre.
"¿El oratorio? fue fundamental para mí". Dicho por el "Nembo Kid" del baloncesto italiano, Antonello Riva -francotirador infalible desde media y larga distancia, "bandera" de Cantù y luego "alma" del Milan, campeón de Europa con la selección nacional (de la que aún ostenta el récord de puntos, así como el de goles en la liga A)- no es poca cosa. Incontenible en el parqué por su carga física y su determinación, hoy dedicado al trabajo social inspirado en esa experiencia tan querida de Don Bosco.
¿Qué recuerda de su experiencia en el Oratorio?
Conocí el baloncesto en el colegio, en quinto curso, con algunos compañeros, con los que luego empecé a practicar en la cancha del oratorio de Rovagnate, mi ciudad natal. Allí pasábamos la mayor parte del tiempo libre, prácticamente todas las tardes: mi madre venía a recogerme cuando ya había anochecido... Hacer deporte con mis amigos me acercaba aún más a la dimensión (de la fe) del Oratorio.
¿Qué parte de su éxito deportivo y de su desarrollo humano le debe a haber crecido en el Oratorio?
En cuanto al baloncesto, la sensibilidad con el balón y la confianza para tirar, que me convirtieron en un excelente tirador, surgieron durante aquellas tardes en el Oratorio. Por lo demás, la educación primaria es siempre la que se recibe en la familia. Pero los años que pasé en el oratorio, junto con otros niños, en el contexto de la catequesis y unas normas que había que respetar, fueron importantes para mi educación. En general, el Oratorio fue una experiencia fundamental.
En una época, el Oratorio gozaba de una especie de "exclusividad" como lugar de reunión y socialización, incluso en términos deportivos. Hoy tiene que enfrentarse a muchos "competidores". ¿Cómo debe proponerse para seguir siendo realmente atractiva?
Es cierto: una vez fuiste al Oratorio o... fuiste al Oratorio. Ahora un adolescente puede conectarse con el mundo entero desde la comodidad de su casa. Pero sólo de forma artificial. El Oratorio, en cambio, puede garantizar ese contacto humano y personal, que hoy falta cada vez más. Sin olvidar la posibilidad de la actividad física, una salida indispensable en un estilo de vida cada vez más sedentario.
En el Oratorio, ha conocido a varios técnicos y directivos. También ha sido gerente. ¿Hay algo que hayas aprendido de las personas que conociste en el Oratorio que hayas aplicado en esa actividad?
Más que nada, siempre he tratado de transmitir a los deportistas con los que me he relacionado lo que recibí de mi familia y también de la mentalidad de mi tierra natal, Brianza: en otras palabras, en la base de todo resultado hay compromiso diario, aplicación constante, sacrificio.
¿Qué aportará de su experiencia a la conferencia?
Llevo unos años alejado del baloncesto, pero siempre soy sensible y estoy dispuesto a dar testimonio de mi experiencia en el deporte, sobre todo si puede servir de estímulo para los jóvenes. Sobre todo, destacaré que el Oratorio es la síntesis de lo que debe buscar un adolescente: estar junto a otros jóvenes, practicar una actividad física, comportarse según reglas precisas. Elementos de los que extraer importantes lecciones para la vida cotidiana.