Imagen gentileza de Karina Krasnikova.
Imagen gentileza de Karina Krasnikova. Pexels

Sólo Dios es mejor que todos nosotros

Néstor Mora Núñez por Néstor Mora Núñez

29 Septiembre de 2025

Se te ha dado, pues, la norma según la cual has de amarte: ama a Quien es mejor que tú y te amaste a ti (San Agustín. Sermón 179A,8)

 

En el contexto de la Espiritualidad Católica: San Agustín establece que no podemos simplemente inventar nuestro propio amor propio. Nos propone una "norma", un estándar objetivo, que nos guía hacia un amor propio auténtico y saludable. Este verdadero amor a la imagen de Dios que todos portamos no es egoísmo ni complacencia, sino algo más profundo y transformador. ¿A quién se refiere Agustín con "quien es mejor que tú"? Claramente se refiere a Dios. Amar a Dios, que es la suma bondad, la perfección absoluta, el Ser trascendente, es el fundamento del verdadero amor propio. Amar a Dios implica reconocer su superioridad, su perfección, y nuestra propia imperfección y dependencia de Él. El resultado de amar a Dios, que es mejor que nosotros, es que "verdaderamente" nos amamos a nosotros mismos. Esto parece paradójico, pero la lógica es la siguiente: al amar a Dios, nos conectamos con la fuente de todo Bien, Verdad y Belleza. Al estar conectados con esa fuente, recibimos Su amor y Su gracia, lo que transforma nuestra propia percepción de nosotros mismos. Dejamos de vernos a través de la lente distorsionada del ego y empezamos a vernos a través de los ojos de Dios, como criaturas amadas y valiosas. Reconocer que Dios es mejor que nosotros es fundamental para nuestro crecimiento espiritual. La humildad nos abre a la Gracia de Dios y nos permite recibir Su amor.

En el contexto de la evangelización digital. Al evangelizar en las redes, debemos presentar un mensaje de amor que esté enraizado en la Verdad y no nosotros. Nosotros no somos modelo de nada. Dios es el modelo y el sentido de nuestra existencia. Debemos mostrar a los demás que el verdadero amor propio se encuentra en Dios y que solo Él puede llenar el vacío en nuestra vida. Debemos señalar a Cristo para guiar a las personas hacia la fuente del amor verdadero. En nuestras publicaciones y contenidos, debemos promover la humildad, la caridad y el servicio a los demás. Debemos ser ejemplos de amor desinteresado y mostrar a los demás cómo amar a Dios para amarnos a sí mismos de manera auténtica. Debemos ser canales de la gracia divina en el mundo digital. Como Hashtag podemos proponer: #DiosEsElModelo

Preguntas para reflexionar: ¿A quién amamos realmente? ¿Nos amamos a nosotros mismos de una manera que nos acercamos a Dios o este amor aparente nos aleja de Él? ¿Cómo podemos cultivar un amor más auténtico y arraigado en el amor a Dios? ¿Cómo podemos compartir este mensaje de esperanza y transformación en el mundo digital?