La violencia es derrotada en Cristo

El origen de la violencia en nuestro tiempo tiene sus raíces más profundas en el pecado de la soberbia y en el individualismo materialista que afecta al hombre moderno y que sigue cobrando víctimas hoy en distintas latitudes sin respetar edades, ni sexo, religión o condición social.

Chile no es ajeno a ello. Pareciera que la violencia se ha institucionalizado en la sociedad. ¿Las marchas de protesta tienen que terminar necesariamente en vandalismo? Todas las manifestaciones parecen infiltradas por el mismo flagelo.

Vemos también el fenómeno en las familias: Femicidios, parricidios, maltrato, abuso y abandono como parte de esta nueva cultura emergente que se abre paso a través de la fuerza pisoteando al otro que no piensa como yo y que se encuentra en una situación de inferioridad con respecto a mí.

Sorprende escuchar a grupos que apoyan y justifican la violencia como expresión; y al maltrato como justicia; y a otros que se han atribuido un poder vengador y que buscan al margen de la ley hacer lo que ellos quieren constituyéndose en jueces y verdugos de los que ellos consideran son objetivos de su odio y rencor con los cuales pueden abusar y maltratar en la más absoluta impunidad.

Hace pocos días atrás algunos países "amigos" de Chile alertaron a sus ciudadanos que visiten nuestra nación, que deben cuidarse por los bombazos... los mismos que generan violencia en otras latitudes del mundo donde también gozan de impunidad internacional.

En Medio Oriente están muriendo miles de cristianos torturados, violentados, decapitados, vendidos como esclavos y a quienes se les roban sus bienes. Las organizaciones internacionales que debería velar para que esto no suceda ni siquiera se pronuncian con fuerza y es más, omiten el término” cristiano” cuando se refieren a ellos.

La violencia contra los pobres en el ámbito de la salud y la educación pública. Sus sueldos no alcanzan para satisfacer necesidades que son básicas. Recuerdo una vecina que necesitaba un examen al estómago... el costo superaba todo lo que ganaba y solo debía esperar la caridad de un médico con corazón cristiano que la atendiera... Luego un hombre con diabetes que por ser pobre fue mal atendido en un centro de salud de sector empobrecido que le provocó una gran infección y ahora deben amputarle sus dedos; lleva varios días esperando una cama para poder ser intervenido, mientras tanto yace en una sillón del hospital; otra pobre mujer a la que le hicieron una punción a su mamá en un centro de salud pública, sin asepsia en la misma sala de atención lo que le produjo una tremenda infección que terminó con la extirpación de su mama enferma... Otros tantos mueren esperando porque los hospitales públicos siguen colapsados. Escucho los lamentos de mi gente que me dicen que ¡no tienen para “Parar la Olla”!; no tienen como pagar la electricidad y están encalillados con deudas que no pueden pagar porque están sin trabajo... ¡¡Eso también es violencia!!

La tortura en cualquiera de sus formas debe ser repudiada, no puede ser permitida bajo ningún pretexto. La violencia nos deshumaniza y nos pone perversos... La violencia presente en el discurso de quienes la ejercen es una lacra; pero me conforta saber que fraternizando con mis hermanos que padecen el dolor me uno a la pasión de Cristo y me permite ver la pobreza y la miseria del corazón del hombre cuando está lejos de Dios... ahí vienen a mi mente las palabras de Jesús desde la Cruz: “Padre perdónalos porque no saben lo que hacen”...

¡Qué difícil es comprender que en la mente del ser humano se puedan gestar ideas de tanta maldad y odio!... pero desde la fe puedo percibir la acción del enemigo en sus conductas, porque él les ciega ante la realidad que afecta al otro. Hace pocos días atrás fui entrevistado por algunos medios de prensa con respecto a los dolorosos acontecimientos sucedidos en la cárcel de mi ciudad donde un grupo de internos fue agredido cruelmente con palos y puntapiés , imágenes que fueron publicadas hace poco pero los hechos sucedieron el año pasado, en ambos medios insistí en lo mismo: “Nadie tiene derecho a maltratar a otro ser humano y rechazamos la violencia del lado que venga”. Esos acontecimientos no son hechos aislados en nuestras cárceles... Hace años atrás denuncié los mismo, con fotografías incluidas; no tuvo el mismo revuelo porque quedó en las esferas de la institución, pero esta vez fueron publicadas las imágenes en la televisión después que el ministerio publico accediera a ellas.... Violencia genera más violencia y no resuelve los conflictos que queremos resolver...Los coletazos aun siguen.... Solo sigo rezando y pidiendo a Dios cordura y paz... ¡Bendiciones!