¿Qué más se debe esperar cuando ya el 13% de los jóvenes de 14 a 17 años sexualmente activos declaran haber sido estrangulados durante el acto sexual?
Ver pornografía no es un simple divertimento ni un pasatiempo. Es una acción que puede acarrear consecuencias dañinas como el desarrollo de una mirada sexista y cosificadora, la normalización de la violencia, la insatisfacción sexual generada por la creación de expectativas que están totalmente fuera de la realidad e incluso la adicción.
Cada uno de los siguientes datos resume investigaciones relevantes sobre un tema específico relacionado con los efectos de ver porno. Reflexiona.
Es iluso dejar la responsabilidad o confiarse al “control parental” que se hubiere activado en el celular que usan los niños. “Se hizo un experimento para ver cuánto tiempo tardaba un menor de 15 años en desactivarlo. ¡Exactamente 2 minutos! Ellos son los nativos digitales y los que saben hacer las cosas. Los adultos, en muchos aspectos vamos por detrás”, advierte desde España el sociólogo Juan González-Anleo.
“Duré más o menos tres meses consumiendo pornografía ocho horas diarias, o sea, no dormía. Llegaba a mi cuarto, me acostaba y era ver videos y más videos. Caí también en la cuestión de la masturbación que es otro engaño; ese placer que te dicen es necesario, es mentira, es un pecado”, afirma.
“El demonio como que te quita la vergüenza para que peques y después te la devuelve. Cuando vos quieres cambiar entonces uno piensa que es indigno, que no tiene perdón lo que hizo”.
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