Los delirios del sedevacantismo: un cura italiano excomulgado se autoproclama "el Gran Prelado" enviado por Dios

Los delirios del sedevacantismo: un cura italiano excomulgado se autoproclama "el Gran Prelado" enviado por Dios

Alessandro Minutella, ex sacerdote de Palermo, que lidera el llamado "Pequeño Resto Católico", sigue confundiendo a los fieles asegurando que León XIV, igual que Francisco, no sería el verdadero Papa.

Portaluz. Luis Santamaría del Río

9 Julio de 2025

Con la elección del papa Francisco en marzo de 2013, algunos personajes y pequeños grupos de corte tradicionalista empezaron a hacerse fuertes -sobre todo al abrigo de las redes sociales de Internet, que les dieron una capacidad de influencia imposible de otro modo- y a divulgar una especie de "teoría de la conspiración" según la cual Benedicto XVI nunca habría renunciado realmente al pontificado, sino que sería una astuta estrategia del alemán para salvar a la Iglesia. Por ello, Jorge Mario Bergoglio -así lo llaman- sería un falso papa.

¿Ha cambiado esta situación tras la muerte de Francisco? No. La razón es muy sencilla. Así como las personas más críticas o descontentas con el pontífice argentino -y que nunca dejaron de considerarlo como tal, por poco que les gustara- pueden haber recibido con alivio la llegada de León XIV y su insistencia en cuidar la unidad de la Iglesia... a aquellos que estaban en una posición irracional de rechazo y de negación de lo más elemental no les queda más remedio que continuar su huida hacia adelante.

Su "razonamiento" -por llamarlo de alguna manera- no puede ser más simple: si Francisco no era el Papa legítimo (la sede romana estaría vacante tras la muerte de Benedicto XVI), sus actos habrían sido inválidos y, en consecuencia, todos los cardenales creados por él no serían verdaderos cardenales. Así, el cónclave reciente no tendría legitimidad para proveer de nuevo la sucesión del apóstol Pedro. Y, finalmente, Robert Francis Prevost tampoco sería el Papa. Su sinsentido continúa, dañando la fe de las personas que caen en sus redes.

Estos grupos cismáticos son pequeños y su proyección sería insignificante si no fuera por el eco que consiguen en el entorno digital, como ya se ha dicho. A veces ni siquiera se trata de verdaderos movimientos, sino de individuos particulares que consiguen seguidores en sus canales de YouTube o de Telegram, con mensajes apocalípticos que llaman al miedo y engañan con argumentos capciosos. Uno de ellos, que tiene una cierta influencia también en el ámbito hispanohablante, es el ex sacerdote Alessandro Minutella, que acaba de protagonizar un evento tan ridículo como escandaloso. 

Un hombre ruidoso y dañino... y su secta

enemigos de la iglesia

Alessandro Maria Minutella (nacido en 1973), sacerdote diocesano de Palermo desde 1999, fue excomulgado en 2018 y expulsado del estado clerical en 2022 por sus proclamas cismáticas. Ya en 2015 el arzobispo de Monreale había advertido sobre su actividad ilícita, porque decía recibir mensajes directos de la Virgen, los ángeles y los santos. No es un simple tradicionalista excomulgado, sino un verdadero líder sectario iluminado. Se refiere a su movimiento y a sus seguidores como el "Pequeño Resto Católico" ... en medio de una Iglesia católica que habría caído en la apostasía.

Además de su intensa actividad en Internet, con la difusión de largos mensajes diarios a través de Radio Domina Nostra (con 87.000 seguidores en Facebook, 59.000 suscriptores en YouTube y 43 millones de visualizaciones en total), ha fundado una asociación para clérigos (Sodalicio Sacerdotal Mariano) y una comunidad religiosa femenina en una casa en Monreale (Pequeña Nazaret). 

Ha conseguido reunir a varios sacerdotes diocesanos y religiosos -también excomulgados- y realiza encuentros con sus seguidores y simpatizantes por ciudades de toda Italia y el extranjero. Es uno de los principales apoyos del también italiano Andrea Cionci, autor de un libelo en el que expone su fantasiosa teoría de la conspiración: el "Código Ratzinger", o cómo leer entre líneas las obras y palabras de Benedicto XVI para considerar falso el papado de Francisco. Una verdadera locura.

El Gran Prelado, destinado a salvar la Iglesia

hereje

Vayamos a la última -por ahora- excentridad de Minutella. En la tarde del pasado 29 de junio, solemnidad de los apóstoles Pedro y Pablo, en el escenario de un pabellón deportivo de la ciudad italiana de Monza, ante unas 1.500 personas y junto a la imagen de la Virgen de Fátima, uno de los sacerdotes seguidores del líder sedevacantista exclamó: "El Sodalicio Sacerdotal Mariano, con decisión unánime, y teniendo en cuenta el sensus fidei del pueblo de Dios, reconoce oficialmente al padre Alessandro Maria Minutella como el Prelado enviado por Dios". 

Ante estas palabras, todos estallaron en una ovación, como si de un evento histórico y sobrenatural se tratara. El rostro del palermitano -vestido de sotana- traslucía emoción y satisfacción al ser considerado el personaje anunciado por las profecías desde hace siglos, "el León de María". Todo ello "para que sea restablecida la fe de la Iglesia católica en su integridad en los tiempos de la gran apostasía". 

¿El Gran Prelado? ¿El León de María? ¿De qué se trata? No es más que una figura escatológica inventada por Minutella y Cionci haciendo un patchwork de elementos tomados de diversas revelaciones privadas. En los últimos años, ambos personajes han ido convenciendo a sus seguidores de la inminencia de la aparición de este personaje profético, preparándolos para lo que finalmente sucedió el pasado 29 de junio: ¡el Gran Prelado ya está aquí! Y a veces deslizan sutilmente su identificación con "Petrus Romanus", el supuesto último Papa de la historia de la Iglesia según las (falsas) profecías de san Malaquías.

¿León XIV, tan falso como Francisco?

minutella

Volvamos al relato de lo que pasó. Después del gran anuncio habló él, el protagonista, que arengó a sus adeptos reafirmando la supuesta identidad de su grupo: "¡No está muerta la Iglesia católica! Sobrevive en un pequeño resto que no se doblega, que no se deja atemorizar y que ahora más que nunca anuncia al mundo entero que va adelante para salvar Roma". Su labor es de "custodia de la fe católica", ya que "Roma ha perdido la fe". 

Con su descaro habitual, Minutella afirmó que "Bergoglio, falso papa, murió apóstata impenitente", por lo que cualquier reconocimiento de su persona y pontificado es demoníaco. "No se puede dar las gracias a Francisco; quien lo dice no es católico", en alusión a León XIV, a quien llamó "nuevo falso papa artificial", seguido por "pseudocatólicos". "¿Cómo puede ser salvador de la Iglesia quien se arrodilla ante el apóstata impenitente?", gritó. Y alzando aún más su voz: "¡Vergüenza de falsa iglesia! ¡Arrepiéntete, Prevost, arrepiéntete!".

"¡Aquí está la Iglesia de Jesucristo, ésta es la Iglesia católica!", exclamó, señalando a los asistentes, y subrayando así la falsedad de la Iglesia en comunión con el papa León XIV, que estaría asistido por una "cúpula satánica" que quiere implantar los principios masónicos. Los seguidores del Gran Prelado -él mismo, como acaba de revelar- serían los únicos que conservan la verdadera fe católica, la de Cristo y los apóstoles.

Nada nuevo bajo el sol...

Toda esta sarta de disparates nos muestra la gran dificultad de mantener las tesis sedevacantistas y el callejón sin salida al que llevan: al final tiene que haber un Papa. Pero, como para ellos ya no hay un colegio cardenalicio válido (los últimos cardenales verdaderos serían los creados por Benedicto XVI, último pontífice legítimo según su postura irracional), no es posible el cónclave. Y han optado por una solución semejante al cisma español del Palmar de Troya: debe haber una intervención divina, manifestada en una revelación privada recibida por el propio líder sectario. 

En este caso no ha habido una elección papal directa -como sucedió en la "Iglesia Palmariana", cuyo fundador, Clemente Domínguez, aseguró haber sido nombrado por el propio Cristo a la muerte de Pablo VI en 1978-, sino una especie de paso intermedio, para hacer más digerible a sus adeptos el escándalo de una proclamación así: Minutella sería ese personaje misterioso anunciado desde antiguo, llamado a salvar a la Iglesia católica. Si es el líder elegido por Dios, tarde o temprano se presentará como el nuevo pontífice, el siguiente a Benedicto XVI.

Todo este penoso espectáculo no es más que otro signo de los tiempos que debe interpelar a los creyentes para no dejarse arrastrar por los falsos profetas -de cuya venida ya alertó el propio Cristo-, vivir con humildad su pertenencia a la Iglesia y cuidar la comunión y la fidelidad, desde una crítica constructiva y un amor filial.