Francesco, poseído por Satanás: "Me llevaron a una misa negra y me hicieron beber sangre de un cáliz. Yo tenía 4 años”

26 de enero de 2024

Francesco recuerda que su cuerpo estaba rígido, "como un pedazo de madera", no tenía control y no lograba ser él mismo. Trataba de reprimir sus instintos, pero sin éxito, y fue entonces que… "una voz salió de dentro de mí y le dijo al jesuita: «Yo soy Satanás, Francesco es mío, tú no puedes hacer nada»”.

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Las páginas de la crónica policial, que sobreabunda en la televisión, difunden cada día innumerables crímenes que estremecen la sana conciencia de mujeres y hombres de buena voluntad. Pero lo padecido por el italiano Francesco Vaiasuso, a manos de una amiga de su madre -siendo apenas un niño- fue un crimen extremo, incalificable, que tendría graves consecuencias para la salud espiritual y psicológica de Francesco...

 

"Todo empezó porque una amiga de mi madre, que se llamaba Caterina, estaba celosa de que mamá hubiera formado una familia y que a ella las cosas no le iban bien. Hasta el punto de que, junto a Phillipe, uno de sus amantes, me llevaron a una misa negra y allí me hicieron beber sangre de un cáliz. Yo tenía 4 años", confidencia Francesco Baiasuso, nacido en Italia el año 1971, protagonista de este dramático sufrimiento.

 

Desde ese instante y hasta que cumplió 31 años, Francesco testimonia que fue poseído por Satanás y "27 legiones de demonios". Solo gracias al auxilio de Dios, a través de sacerdotes exorcistas y el consuelo -en visiones particulares- de algunos santos, lograría ser liberado; y como consecuencia, sanar además de varias dolencias físicas que por años le habían atormentado.

 

Alentado por su esposa y algunos de los exorcistas que le asistieron, este galerista de arte residente en Álcamo (Sicilia, Italia) -ayudado por el periodista Paolo Rodari-, escribió su testimonio en el libro "Mi posesión. Cómo fui liberado de 27 legiones de demonios" y fundó la comunidad de oración Maranatha en Alcamo. Hasta hoy participa también en retiros espirituales y encuentros de evangelización dando testimonio de la acción del Espíritu Santo.

 
Asomándose al infierno

 


En su libro, como también en diversas entrevistas y crónicas de su historia que pueden encontrarse en la web, señala que las primeras manifestaciones de la presencia demoníaca fueron las enfermedades. Años de sufrimientos incurables, sin que los médicos pudieren identificar la causa. "Tenía problemas de asma bronquial, otitis y alergias severas", pero nunca imaginó lo que realmente se escondía detrás de sus dolencias. En aquel tiempo Francesco Vaiasuso no sabía que era un poseso.


Tiempo después, durante un retiro espiritual en los montes Dolomitas de Sicilia, conoció a un jesuita quien se aventuró a sugerirle que quizá la causa de sus males podría ser de origen espiritual.  Acto seguido lo invitó a recitar una oración con él, que fluía sin dificultades, hasta que el religioso le pidió que renunciara al "espíritu de mediumnidad". "Repite", le dice el hermano y añadió: «Renuncio al espíritu de mediumnidad». Pero por más que lo intentaba era imposible para Francesco repetir. «Renuncio al... al…», balbuceaba y no salía más sonido de su boca. Con un esfuerzo supremo, finalmente logró decir: «Espí… espí… espí…» y quedó trabado sin poder pronunciar la palabra "espíritu".


Lentamente y después de varios minutos, Francesco masculló una palabra que no era la indicada por el religioso, sino un conjunto de sílabas sin sentido. Fue entonces que comenzó a babear un poco y el hermano jesuita le ofreció un pañuelo para que se secara. Era solo un síntoma, nada más, de que algo oscuro habitaba en su interior.

 

Francesco recuerda que su cuerpo estaba rígido, "como un pedazo de madera", no tenía control y no lograba ser él mismo. Trataba de reprimir sus instintos, pero sin éxito, y fue entonces que… "una voz salió de dentro de mí y le dijo al jesuita: «Yo soy Satanás, Francesco es mío, tú no puedes hacer nada»”.

 

Esta experiencia vívida ocurrida durante el retiro fue reveladora para Francesco, quien en todo momento estuvo consciente de lo que sucedía y recordaba cada detalle. En los días siguientes no quería salir del hogar familiar y su esposa, a pesar del temor que sentía ante todo lo que Francesco evidenciaba, estuvo firme junto a él. "Era mi fuerte", recuerda él.

 

Cientos de exorcismos necesitó este poseso

 

 

Siguiendo el consejo del hermano jesuita y alentado por su esposa acordó una cita con el padre Matteo La Grua (imagen arriba) un destacado sacerdote y exorcista de Palermo. La primera vez que se encontraron fue dramática, porque Francesco perdió completamente el control. 

 

Babeaba, gritaba, sentía que algo o alguien estaba dentro de él y que lo controlaba. Pero mantenía su lucidez, comprendía lo que estaba sucediendo, pero al mismo tiempo padecía viendo que algo en él lo manejaba haciéndolo reaccionar de forma violenta ante las primeras oraciones del exorcista.


Particular realidad la de Francesco al ser un poseso de los demonios, pero manteniendo total lucidez mientras estos se manifestaban contra su voluntad, en particular durante los cientos de exorcismos que con humilde disposición espiritual recibió durante años.

Experimentando el consuelo de Dios a través de las visiones de Santos

 


Hoy, Francesco considera que fue quizá una señal de su pronta liberación el haber recibido la visión consoladora de algunos santos durante los últimos exorcismos. Incluso algunos le hablaron, como San Pío de Pietrelcina, que lo alentaba a ser fuerte en Cristo y le dijo: «Francesco, tu sufrimiento está ayudando a muchas almas. Resiste, dentro de poco estarás libre».


Otra de las visiones que Francesco asegura haber presenciado fue la de san Juan Pablo II, a quien vio en el Cielo, vestido como en el día de su elección papal. El Santo Padre le habría hecho ver una multitud de peregrinos congregados en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, lo que luego reflexionó era la invitación a compartir su testimonio a todos aquellos que no creen en la existencia del demonio y la importancia de la lucha espiritual para protegerse de sus ataques.

 

Finalmente, el 25 de noviembre de 2007 Francesco fue liberado.

 

 

Fuentes: FrancescoVaiasuso.com, Lanuovasardegna.it, Aleteia

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