por Portaluz
13 Enero de 2023
El proceso de beatificación del padre Matteo La Grua puede comenzar. Durante la sesión de trabajo de invierno de la Conferencia Episcopal de Sicilia, los obispos dieron una opinión favorable a lo propuesto por el arzobispo de Palermo, monseñor Corrado Lorefice: que se examine la vida, la fe y la misión llevadas a cabo por el menor conventual de Palermo.
La Grua -recuerda Avvenire- fue sacerdote, exorcista y uno de los fundadores de la Renovación en el Espíritu Santo, además de vicario para la vida consagrada, conferenciante e implicado en el tribunal eclesiástico.
Sin embargo, "la mirada de la Iglesia -explica monseñor Lorefice- se dirige más al cómo lo hizo que al qué hizo: al haber vivido y anunciado con preparación y responsabilidad, con humildad y alegría un Evangelio que salva integralmente al hombre. Era un hombre de escucha, de acogida, de curación de la persona en su plenitud de cuerpo y de espíritu".
La fama de santidad que siempre ha acompañado al sacerdote es grande. Precisamente la Renovación en el Espíritu, por voz de su presidente Salvatore Martínez, lo viene repitiendo desde 2012, cuando, a los 98 años, falleció el padre La Grua. "Dije que ante nosotros había un santo, al que la historia veneraría como tal. Años después, siento que puedo afirmar, con profunda convicción, que la vida sacerdotal del padre Matteo La Grua fue verdaderamente santa y que, en una época como ésta, hecha de ficción y ficciones, hay una verdadera necesidad de figuras como la suya, capaces de hacer ordinarios incluso los carismas más extraordinarios y de hacer que cada hombre o mujer que llamaba a su puerta se sintiera como una criatura amada por el Señor".
Hay también un aspecto menos conocido por la mayoría, que encuentra su síntesis en el Centro Carismático de Margifaraci, sede histórica de la Renovación en el Espíritu Santo palermitana y siciliana, que le costó algún sufrimiento: "Con sus dos mil plazas, además de ser un lugar de oración, sigue representando el 'corazón' radiante de aquella caridad concreta puesta en práctica en vida por el padre Matteo, a través de la oración por la curación y a través del comedor para los menos pudientes y la asistencia a las familias de los presos", recuerda Salvatore.
La decisión de los obispos de Sicilia de decir unánimemente sí al lanzamiento de la causa de beatificación del padre Gregorio -este es el nombre oficial del padre Matteo- se produjo en medio de una concomitancia de acontecimientos especiales: a pocos días del 11º aniversario de su nacimiento al cielo -que se celebrará el 15 de enero- y durante una riquísima sesión de trabajo de la Conferencia Episcopal, en la que los obispos se detuvieron a reflexionar sobre "nuevos caminos y nuevos desafíos que requieren el celo, la mansedumbre y la autoridad que caracterizaban a La Grua".
Enseñanzas del padre Matteo
En una de sus reflexiones más conocidas, el querido exorcista La Grúa exhortaba así: "Nunca cedas ante Satanás. Nunca cedas en la batalla contra los poderes de las tinieblas. La liberación es un don de Dios. Sólo Dios puede liberar: cuándo y cómo Él quiera. Si Satanás es poderoso, Dios es omnipotente. El Señor puede liberar incluso sin la intervención de intermediarios humanos".
Y para la acción ordinaria de Satanás y las huestes del infierno esta era su recomendación: "Cuando se trata de simples tentaciones o de reacciones ligadas al propio temperamento, la oración de alabanza puede obrar espléndidamente en cada uno de nosotros. Di: «¡Alabado sea el Señor!» No hay mejor manera de ahuyentar a Satanás que doblar las rodillas, alabar a Dios y bendecir al Señor. La oración de alabanza pone en fuga a todas las fuerzas del mal. Sirve para alabar a Dios, para expulsar a los demonios cuando nos tientan y para vencer a nuestros enemigos. Hay que bendecir a Dios para permitir que el Padre restablezca el equilibrio porque en la oración de alabanza se abren los cielos, baja el Señor, vienen los ángeles y donde está el Señor [...] todo es equilibrio, todo es paz y no puede haber presencia de las fuerzas del mal".
Fuente: Avvenire y agencias