En su primer discurso en el país, «puente» en Europa, Francisco denunció que «estamos muy cerca de una guerra mundial» y rezó para que el Viejo Continente «anteponga la vida». Subrayó que la Iglesia afronta con decisión el flagelo de los abusos a menores, «acompañando a los heridos» y recordó el drama de las «adopciones forzadas».
Ver pornografía no es un simple divertimento ni un pasatiempo. Es una acción que puede acarrear consecuencias dañinas como el desarrollo de una mirada sexista y cosificadora, la normalización de la violencia, la insatisfacción sexual generada por la creación de expectativas que están totalmente fuera de la realidad e incluso la adicción.