"No podemos hacer que todo dependa del diablo, porque caeríamos en el fideísmo y anularíamos el aspecto cristiano de la razón. Por el contrario, si pensamos que todo puede resolverse sólo a través de actos de inteligencia, que también son importantes pero no definitivos, la razón carecería de los elementos que la completan", señala el referido investigador y profesional en salud mental italiano, Fabrizio Penna.