Los 3 pilares en que coinciden los santos Acutis y Frassatti: Adoración Eucarística, Santo Rosario y Caridad

Los 3 pilares en que coinciden los santos Acutis y Frassatti: Adoración Eucarística, Santo Rosario y Caridad

Estos jóvenes santos de nuestro tiempo son un signo de resurrección, signo de que el amor es más fuerte, signo de esperanza para los descartados del mundo.

por Portaluz

5 Septiembre de 2025

Las canonizaciones el 7 de septiembre de los beatos Carlo Acutis y Pier Giorgio Frassati son una fiesta en el cielo y en la tierra, pues ambos santos continuarán siendo puentes que llevarán a Dios a jóvenes de todos los continentes.

"Su canonización confirma que la santidad no es un ideal abstracto, sino que puede manifestarse de manera contemporánea, cercana a la sensibilidad de los jóvenes, en el presente y ahora... a través de la amistad, el estudio, la familia, los desafíos de hoy, e incluso a través de la enfermedad frente a la esperanza cristiana", dijo Leticia Arráez, investigadora de comunicaciones de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz en Roma.

Según Arráez, en los últimos 40 años los jóvenes se han convertido en "grandes protagonistas" en la formación de la identidad de la Iglesia y en la punta de lanza de su misión evangélica en todo el mundo.

Bendita coincidencia son los 3 pilares -camino para fundirse con Dios- en que coinciden Pier Giorgio Frassati y Carlo Acutis. A saber: Adoración Eucarística, Santo Rosario y Caridad.

Adoradores Eucarísticos

pan y vino diocese of spokane - unsplash

Conocida es la pasión por la Eucaristía que desde muy pequeño manifestó Carlo Acutis, según relata su madre Antonia Salzano. "Decía frases que me desconcertaban como: «La Eucaristía es mi autopista hacia el Cielo... somos más afortunados que los Apóstoles que vivieron con Jesús hace 2000 años. Para encontrarnos con Él basta con que entremos en la iglesia... Jerusalén está al lado de nuestras casas»".

Asimismo, la Eucaristía se convirtió en el punto central de la vida de Pier Giorgio Frassatti y en el motor de sus obras de caridad. "Jesús viene a mí cada día en la Sagrada Comunión", decía y agregaba: "Le devuelvo la visita estando entre los pobres a mi manera miserable".

En los registros biográficos de Pier Giorgio se recuerda la ocasión en que, dirigiéndose a unos jóvenes católicos de Turín, les pidió con todas las fuerzas de su alma que "se consumieran totalmente en este fuego eucarístico". Al hacerlo, dijo, encontrarían "la fuerza para luchar contra las tentaciones interiores y ganar todas las gracias necesarias para obtener la vida eterna con Cristo y la verdadera felicidad en la tierra".

Devotos del Santo Rosario

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Carlo Acutis y Pier Giorgio Frassati eran profundamente marianos. Los dos fueron cautivados por la santísima Virgen María, a quien saludaban a diario en la oración cristocéntrica por excelencia: el Rosario, la meditación bíblica que bendice a la siempre Bienaventurada María.

Pier Giorgio Frassati se consagró a la Madre de Dios cuando tenía 17 años. Tiempo después se convirtió en terciario de la Orden de Santo Domingo. A todos lados llevaba consigo un rosario que rezaba con afecto a diario.

A Carlo le encantaba el Rosario, cuyo rezo alimentó la profunda conexión maternal del niño con la Virgen. Esta se vio fortalecida con su primera consagración personal a Ella, que ocurrió en el Santuario de la Virgen de Pompeya cuando tenía apenas cinco años.

Doña Antonia Salzano, su madre, sostiene en la actualidad que desde entonces Carlo Acutis rezaba con amor el Rosario todos los días.

La caridad como consecuencia de una rica vida espiritual

christ in the city

Las personas sin hogar, los descartados de la tierra estremecían el corazón de Carlo Acutis. 

En su casa trabajaba como asistente doméstico Rajesh, un hindú. Entre él y Carlo nació una profunda amistad, hasta el punto de que Rajesh más tarde se convirtió y pidió recibir los sacramentos. Cuenta el hombre para revista Huellas: "Siempre le consideré como alguien fuera de lo normal, porque un chico tan joven y tan rico normalmente prefiere llevar una vida distinta". Pero Carlo no sabía qué significa una "vida distinta". Estaba convencido que el dinero no se puede malgastar. Con sus primeros ahorros compró un saco de dormir para el mendigo que veía camino de la misa en la iglesia Santa Maria Segreta, también hacía donativos a los frailes capuchinos que daban de comer a los sintecho en la localidad de Viale Piave.

El testimonio de Pier Giorgio también es conmovedor. Hijo de una familia rica, sufría interiormente por el estilo de vida de su casa en contraste con el dolor que percibía en los pobres de su región.

Por ello, el dinero que le daban en el hogar para sus gustos, ropa y cuestiones personales lo destinaba a la adquisición de bienes para ayudar a quien lo necesitara. Empezó con cosas menores y llegó a tener hasta carbón para llevar a los barrios más pobres. Sus amigos le bromeaban llamándolo "Transporte Frassati", porque se convirtió en una especie de distribuidor de artículos, razón por la que solía estar incluso tiznado.

 

Si bien debería ser "normal" para todos los creyentes esforzarse por ser santo, en este mundo caído no lo es, y la santidad a veces se considera extraña, tal vez incluso peligrosa. Por ello estos jóvenes santos de nuestro tiempo son un signo de resurrección, signo de que el amor es más fuerte, signo de esperanza para los descartados del mundo, porque como decía el amado Papa Francisco el cielo es para "todos, todos, todos" y para alcanzarlo hay que "cultivar las virtudes" ... como Carlo y Pier Giorgio lo han hecho.