Desde Belén, el agricultor palestino Daoud: "Me niego a odiar, aunque estamos bajo ocupación, sin derechos"

Nacido en Belén en 1970, cristiano, palestino, octavo de nueve hijos, Daoud Nassar era un adolescente durante la primera Intifada. En su ciudad natal se licenció en Economía de la Empresa y obtuvo un posgrado en Gestión Turística Internacional en Alemania. 

Desde que regresó a Belén trabaja en la granja familiar, un emprendimiento al cual comenzó a darle nuevos aires justo cuando su tierra se teñía de sangre por la segunda Intifada el año 2000. 

Casado con Jihan y padre de tres hijos, hoy es responsable del proyecto "Tienda de las Naciones". Una empresa agrícola, situada a 9 kilómetros al sur de Belén en una zona montañosa rodeada de asentamientos de ocupación israelí en el distrito Gush Etzion. 

La iniciativa agrícola de Daoud se ha convertido en escenario de una esperanza que atrae a miles de visitantes y cientos de voluntarios internacionales cada año. Es que desde aquí irradia una energía vital que pretende romper el agotador ciclo de violencia y lanzar una audaz propuesta de paz y justicia.

La defensa de la tierra

Periodistas de Vatican News se reunieron en Roma con Daoud, su esposa y su hija Shadin, a finales de noviembre, al día siguiente de un breve saludo que esta familia de Belén intercambió con el Papa Francisco durante la audiencia general en la Plaza de San Pedro. 

EN el encuentro relata como a pesar del muro de separación y del avance de la colonización, ha intentado desde el principio promover un clima de amistad. En los años 1990, el gobierno israelí declaró la tierra propiedad del Estado de Israel: fue el comienzo de un proceso que aún continúa mientras, el último hace apenas unos días. Innumerables episodios intimidatorios como decenas y decenas de rocas rodadas que bloqueaban las vías de acceso.

"Nos negamos a ser enemigos"

"Nos negamos a ser enemigos" es el lema de la «Tienda de las Naciones», un proyecto nacido en 2002 para ser un signo de apertura precisamente allí donde la tentación hubiera sido la de retirarse a la resignación y la desesperación. "La estrategia del enemigo" es la más fácil, explica Daoud a los medios vaticanos, pero "me niego a odiar, no quiero dejarme absorber por esta negatividad, porque me destruye. Quiero actuar de otra manera y no porque sea débil", afirma. El suyo es un testimonio considerado una "piedra viva" en medio de los conflictos que aquejan a esa tierra. Las confiscaciones continúan, al igual que la devastación de los árboles. La respuesta no es estar devastados internamente: "está en juego una cuestión de justicia, vivimos en una mala situación política, estamos bajo ocupación, sin derechos sobre nuestra tierra". Y afirma que "antes de alcanzar la paz es necesario erradicar la injusticia, necesitamos gente que trabaje para ello".

Testigos del Evangelio

Daoud ha ganado numerosos premios por defender los derechos humanos y promover la paz. Su labor pasa por el trabajo constructivo, la valorización de las peculiaridades de cada uno, la oración ecuménica e interreligiosa. "Dios creó el bien, el hombre creó el mal. Cada uno es responsable de sus propios actos. Resistir es muy difícil y muchas veces caemos, nos sentimos solos. Sin embargo, ante todo esto somos capaces de tener un futuro mejor, incluso si no sucede de inmediato". 

Observa que su sufrimiento "se está convirtiendo en una bendición. Esto es esperanza. Mucha gente me dice: mi hijo vino a verte por un tiempo y volvió motivado... así que, aunque vivamos en una situación terrible, debemos pensar que puede ayudar a otros. Esto nos da esperanza". 

Fuente: VaticanNews.va