Imagen gentileza de Elg21.
Imagen gentileza de Elg21. Pixabay

Imágenes para el Adviento

P. Ronald Rolheiser por P. Ronald Rolheiser

8 Diciembre de 2025

El Adviento nunca debe confundirse con la Cuaresma. La Cuaresma es una temporada penitencial. Su color es púrpura y su símbolo son las cenizas. A diferencia de la Cuaresma, el Adviento no trata sobre ayuno ni penitencia. Se trata de esperar. El Adviento es un tiempo para conectar con el anhelo, con el deseo, con lo que significa esperar. Su color es carmesí, el color del deseo.

Teniendo esto en cuenta, aquí tienes algunas imágenes de Adviento.

  • ¡Cada lágrima acerca más al Mesías! Es un axioma extraído de la literatura apocalíptica judía que resalta que el Mesías solo puede nacer en nuestras vidas cuando hemos creado el espacio adecuado para recibirlo. Y ese espacio se crea a través del anhelo, la espera, el dolor, las lágrimas, dejando que la frustración y la tensión expandan nuestros corazones y nuestra visión lo suficiente para que el Mesías pueda venir, no como un superhombre que es el héroe de una película de Hollywood, sino como un Niño Jesús indefenso que manifiesta lo que realmente es el amor por la forma en que vive, sufre, muere y perdona.
  • Para que algo sea sublime, primero debe haber algo de sublimación. La palabra sublime tiene sus raíces en la palabra sublimación. Para que algo fuera sublime, primero debió haber algo de tensión. Y cuanto mayor es la tensión, más sublime será si esa tensión se lleva a su final adecuado y no se resuelve prematuramente. La gestación no puede apresurarse, la curación exige su tiempo adecuado, la consumación espiritual se basa en la espera previa e incluso el vino requiere tiempo suficiente para madurar.
  • En nuestro anhelo y soledad, intuimos el Reino de Dios. Todos conocemos la frase de San Agustín: Nos has creado para Ti, Señor, y nuestros corazones están inquietos hasta que descansen en Ti. ¿Qué podemos hacer cuando nos sentimos solos, por unanimidad menos uno, cuando el dolor de nuestra soledad es más agudo? Podemos usar ese momento, esa dolorosa sensación de distancia de la intimidad, para intuir el Reino de Dios, es decir, para dejar que ese dolor expanda nuestros corazones lo suficiente como para darnos una visión más verdadera de lo que realmente constituye el Reino de Dios.
  • ¡Nuestro anhelo y dolor pueden ayudar a elevar nuestra temperatura psíquica! Esta es una imagen tomada de Pierre Teilhard de Chardin. Teilhard, científico y místico, obtiene una lección espiritual del laboratorio de química. A veces un científico junta dos productos químicos en un tubo de ensayo, pero no se unen. En cambio, simplemente yacen uno al lado del otro, incapaces de fusionarse en uno solo. Ahora bien, si el científico aplica calor al tubo de ensayo, a menudo, a mayor temperatura, estos se fusionan y se convierten en uno solo. Teilhard aplica esto a las relaciones humanas. A veces, por todo tipo de razones, rechazamos relaciones significativas entre nosotros y, como dos sustancias químicas en un tubo de ensayo, permanecemos separados, demasiado fríos para unirse. Sin embargo, el anhelo profundo, el dolor, la pérdida y la amarga espera pueden, en palabras de Teilhard, elevar nuestra "temperatura psíquica" hasta un punto que derrite nuestra frialdad y nos abre a la unión. El Adviento es una temporada para elevar nuestra temperatura psíquica, permitiendo que nuestro anhelo, soledad y frustraciones nos hagan menos fríos, críticos y egoístas.
  • ¡Un tronco húmedo debe primero chisporrotear en un fuego antes de que pueda prenderse fuego! Esta es una imagen de Juan de la Cruz. Cuando lanzas un tronco húmedo al fuego, no prende fuego inmediatamente. Primero debe reposar en el fuego y chisporrotear hasta que el calor lo seque lo suficiente. Solo entonces estallará en llamas. John sugiere que en nuestro anhelo y nuestros deseos frustrados estamos metafóricamente "chisporroteando" dentro del fuego del amor (humano y divino). En cierto modo, el dolor nos "seca", de modo que en algún momento nosotros también podemos estallar en llamas de amor. El Adviento es un tiempo para dejar que nuestros anhelos no saciados y nuestras amargas frustraciones "chisporroteen" dentro de nosotros, para que la llama del amor pueda finalmente prenderse fuego en nuestro interior.

Al final, estas imágenes dicen lo mismo. El Adviento trata de esperar adecuadamente, de no resolver la tensión prematuramente, de llevarla pacientemente para que la divinidad, la intimidad, el Mesías y lo sublime nazcan más profundamente en nuestras vidas. Quizá la palabra que resume todo esto sea la palabra paciencia. El Adviento es la época para practicar la paciencia.

Carlo Carretto fue un monje que durante gran parte de su vida vivió en el desierto del Sahara como ermitaño, donde escribió una serie de libros profundamente desafiantes. Después de haber estado varios años en el desierto, un periodista le entrevistó y le hizo esta pregunta: Después de todos estos años de silencio y oración, si tuvieras que enviar un mensaje al mundo, ¿cuál sería? ¿Qué crees que Dios le dice al mundo?

La respuesta de Carretto: ¡Dios nos está diciendo que aprendamos a esperar! ¡Esperar muchas cosas! ¡Esperar a Dios!

Ese es el reto del Adviento.