Calabazas, disfraces de brujas o zombis se ven estos días cada vez más y los niños se disfrazan para pedir caramelos por las casas. La gran concentración es la noche del 31 de octubre, que se conoce, en nombre procedente del anglosajón, como Hallowen.
Se dice que esta tradición viene de Estados Unidos, pero en realidad llegó allí procedente de Irlanda, nación que mezcló antiguas costumbres celtas con la creencia y tradición cristiana. La línea que tienen ambas en común es la creencia en la vida eterna y el recuerdo de los que ya han pasado de esta vida, pues, aunque de otra manera, siguen existiendo. Para los celtas, esa noche los muertos regresaban para introducirse a su vida definitiva, y por eso se les tenía preparado lo necesario –de ahí la costumbre de ir por las casas disfrazados de muertos pidiendo cosas ricas para comer. Para entrar en la nueva vida había que iluminar su camino, cosa que simbolizaba la luz en la calabaza. Estos elementos de la creencia celta son perfeccionados con la fe cristiana: los muertos ya no deambulan buscando su destino definitivo, sino que Cristo, el Salvador, ya abrió las puertas del cielo para todos, y precisamente los que lo acogen en su vida y pasan por esta puerta, llegan al cielo, a la vida perfecta y plena junto a Dios. Estos son los santos, los que han llegado a la meta, que son recordados el 1 de noviembre (día especial para todos los santos que no tienen su día propio en el calendario). Y así, la víspera de todos los santos, en inglés All hallow's eve, más que rendir culto a los muertos, debiera ser, en realidad, la celebración de la vida definitiva, la que ya han alcanzado los santos.
No debiera ser, por lo tanto, memoria de los muertos, sino, más bien, celebración y alegría de la vida recordando a los que ya han llegado. De hecho, podemos recordar a nuestros difuntos y rezar por ellos, el 2 de noviembre. Y más que disfrazarse de demonios, brujas o zombis, ¿no sería más apropiado resaltar lo contrario con disfraces de santos, ángeles, y, en definitiva, lo que representa la vida?