
por Portaluz
14 Marzo de 2025La historia de la pediatra italiana Gianna Beretta Molla pone de relieve la fe y la dimensión heroica que adquiere el amor de una madre al enfrentar dificultades durante su embarazo.
Al enfermar y estando embarazada, ella buscó todas las alternativas de salud posibles. Pero manifestó también estar dispuesta a que -de ser necesario -, se privilegiara la vida de su hija por nacer. De hecho, Gianna no tuvo que morir para que su hija pudiera vivir. El deceso de la santa fue a consecuencia de ciertos riesgos para la salud materna que hoy siguen enfrentando miles de mujeres a diario...
La santa luchó por su vida y la de su hija
Santa Gianna Beretta Molla fue una médico que vivió de 1922 a 1962 en Italia. En ella vemos la imagen de una persona normal: una santa a la que le encantaba esquiar y escalar montañas, una santa que tejía, que sufrió depresión perinatal, y disfrutaba yendo con su esposo a conciertos en el Conservatorio de Milán.
Los tres primeros embarazos de Santa Gianna fueron muy difíciles. Sufrió hiperémesis gravídica (náuseas matutinas hasta niveles peligrosos), embarazos largos (dos que duraron 41 semanas y 3 días y uno que duró 43 semanas y 4 días), partos largos (de unas 36 horas) y al menos un parto con fórceps. Tras el nacimiento de sus tres hijos, sufrió dos abortos espontáneos. Al comienzo de su último embarazo, el más famoso, tenía 39 años.
A los dos meses de embarazo, le diagnosticaron un fibroma uterino (un tumor que suele ser benigno, es decir, no canceroso, pero que puede causar problemas durante el embarazo). Dos de los tratamientos típicos provocarían la muerte de la hija en su vientre: la extirpación quirúrgica del contenido del útero, incluidos el fibroma y el bebé; o bien optar por la extirpación quirúrgica de todo el útero, incluido su contenido.
Muchos relatos de la historia de Santa Gianna terminan aquí, afirmando que renunció por completo al tratamiento y murió por su bebé. Esto es inexacto. Gianna eligió la tercera opción de tratamiento a su alcance: una intervención quirúrgica más cautelosa que extirpaba el fibroma, pero dejaba a su hija en el útero.
Un acto heroico, sostenida por el amor y la fe
A medida que avanzaba este complejo embarazo, dijo a su marido y a otros miembros de la familia que si, en algún momento, alguien tenía que elegir entre su vida y la del bebé, debería elegir la del bebé: "Si hay que decidir entre mi vida y la del niño, no dudéis, elegid la suya, lo exijo. Salvadle". Hacia el final del embarazo, se sometió a una inducción médica del parto, que no tuvo éxito, y finalmente el 21 de abril de 1962 dio a luz por cesárea a una niña sana, a la que puso por nombre Gianna Emmanuela.
Tras el nacimiento de la bebé, las cosas empeoraron. Gianna contrajo peritonitis séptica, una patología que implica complicaciones por una infección del revestimiento de su abdomen. Probablemente fue causada por bacterias que entraron en su cuerpo durante la cesárea y se extendieron a su torrente sanguíneo. La infección se apoderó de su cuerpo, provocando disfunciones en sus órganos, y repitiendo la jaculatoria 'Jesús, te amo' murió el 28 de abril, una semana después de dar a luz.
Santa Gianna y la crisis actual de la salud materna
Tras confirmarse su mediación en un milagro, Juan Pablo II proclamó beata a Gianna el 24 de abril de 1994, en el Año Internacional de la Familia. Luego, reconocido un segundo milagro alcanzado por su intercesión, el mismo Papa la declaró santa el 16 de mayo de 2004.
Es importante recordar que Santa Gianna no fue canonizada por morir, ni por morir por su hija. Fue canonizada por su heroísmo al estar dispuesta a morir por su hija. Su muerte no tuvo relación con la vida de su hija. En otras palabras, podría haber sido heroica y haber sobrevivido.
Hoy miles de mujeres embarazadas necesitan la intercesión de santa Gianna ante Dios. Existe una tremenda crisis en la salud materna. Según el informe de la UNICEF "Maternal Mortality Rates and Statistics" del 14 de marzo de 2024, 223 mujeres mueren en el mundo por cada 100.000 que dan a luz. Dicho de otra manera, en 2020, cada dos minutos, una mujer murió a causa de una afección relacionada con el embarazo y el parto.
Desde 2016, las tasas de mortalidad materna, que estaban disminuyendo lentamente, se han estancado o han aumentado. La mayoría de estas muertes se producen por hemorragias, infecciones y complicaciones de la tensión arterial según señala la OMS.
La sepsis, que causó la muerte de Santa Gianna, se considera la causa principal de muerte en al menos el 10% de las muertes maternas en todo el mundo.
La prevención de la sepsis es tan importante que organizaciones profesionales como el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos recomienda que todas las personas a las que se practique una cesárea reciban antibióticos preventivos, que suelen administrarse en los 60 minutos siguientes al inicio de la cesárea. Aun así, algunas zonas del mundo no disponen de los recursos necesarios para administrar esos antibióticos, y algunos proveedores siguen optando por no prescribir antibióticos en todos los casos en que la OMS o el ACOG los recomendarían.
La historia de Santa Gianna no se agota en el acto heroico de haber estado dispuesta a que se privilegiara la vida de su hija antes que la suya propia. Ella buscó soluciones que salvaguardasen las vidas de ambas, pero aun así falleció días después del parto debido a una infección. Gianna es una santa cuya muerte prematura nos recuerda la importancia de la ciencia y de la atención médica de alta calidad para nuestra supervivencia, y el compromiso que debemos tener con la salud materna.
28 de abril, la Iglesia celebra su fiesta
Del diario personal de la santa compartimos este extracto:
"Los caminos del Señor son todos hermosos, siempre y cuando el objetivo sea salvar nuestras almas, y poder llevar al cielo a muchas otras almas santas, para dar gloria a Dios". "Sonríe a Dios, de quien nos viene todo don. Sonríe a nuestros padres, hermanos y hermanas, porque debemos ser antorchas de alegría, incluso cuando nos imponen deberes que van en contra de nuestro orgullo. Sonríe siempre, perdonando las ofensas. Sonriendo en sociedad, desterrando toda crítica y murmuración. Sonríe a todos aquellos a quienes el Señor nos envía durante el día. El mundo busca la alegría pero no la encuentra, porque está lejos de Dios. Nosotros, que hemos entendido que la alegría viene de Jesús, llevamos la alegría con Jesús en nuestros corazones. Él será la fuerza que nos ayude".
Oración pidiendo su intercesión
Santa Gianna, patrona de los que mueren heroicamente para que otros puedan vivir, ruega por una mejor salud materna.
Santa Gianna, patrona de quienes padecen hiperémesis gravídica, embarazos complejos, partos largos, partos con fórceps, inducciones, cesáreas, abortos espontáneos, embarazos en edad materna avanzada y ansiedad perinatal; intercesora de los bebés en riesgo de morir en el vientre de sus madres; de quienes tienen hijos enfermos o que necesitan medicación regularmente; de quienes mueren un poco a sí mismos cada día; de quienes se sienten defraudados por la ciencia y el sistema médico, ruega a Dios por ellos y por nosotros.