Dios ante las súplicas de una madre embarazada que implora su ayuda en oración

08 de diciembre de 2023

Viviane Minza sabía que se acercaba el momento en que necesitaría ayuda. Por ello, como siempre lo ha hecho en momentos de gran preocupación e inmensa alegría en su vida, se arrodilló y oró a Dios.

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Como madre de cuatro niñas, todas menores de 10 años, y embarazada de su quinta hija, Viviane Minza sabía que se acercaba el momento en que necesitaría ayuda. Por ello, como siempre lo ha hecho en momentos de gran preocupación e inmensa alegría en su vida, se arrodilló y oró a Dios pidiéndole que estuviera allí para cuidar de ella y de las personas a quienes ama.

 

Había orado a Dios cuando ella y su esposo Félix se casaron en 2009 en su tierra natal de África Occidental. También invocó su protección cuando comenzaron una nueva vida juntos en Estados Unidos en 2012. Asimismo, el día que se comprometió a nombrar a todos sus hijos con el nombre de la Santísima Virgen María, como una forma de honrar a Jesús a través de su madre. Y ahora, este domingo por la mañana en la misa, solo 11 meses después de mudarse a Indiana desde Illinois, ofreció otra oración a Dios. Ella le pidió que la ayudase cuando su quinta hija estuviera lista para nacer.

 

Mientras Viviane oraba en un banco de la Iglesia St. Jude en Indianápolis con Félix y sus cuatro hijas cerca, los esposos Mary y Joe Abella estaban en el banco detrás de ellos. Mary se fijó en la ropa de colores vibrantes y claramente africana que llevaba la joven familia. Por supuesto no dejó de observar que la madre de esa familia -Viviane- estaba muy avanzada en su embarazo.

 

Ver a la joven madre embarazada hizo que María recordase los días en que lo había estado de sus cinco hijos, que ya habían crecido. Recordó que cuando vivían en Fort Wayne, dependieron de sus vecinos, cuando necesitaron ir al hospital para dar a luz a su último hijo.

 

También recordó un momento de 20 años atrás, poco después de que ella, Joe y su familia se mudaran a Indianápolis y eligieran la parroquia de St. Jude como su comunidad de fe. En esos primeros días, asistieron a una cena en la parroquia y Mary aún recuerda que las otras personas en la mesa no los incluyeron en su conversación y celebración. Desde entonces, Mary y Joe siempre se han tomado el tiempo para dar la bienvenida a nuevas personas a la parroquia. Y es lo que hicieron ese domingo por la mañana después de la misa con Viviane, Félix y sus cuatro hijas, Marie-Immacule, Anne-Marie, Marie-Victoire y Marie-Felicite.

 

"Fue como un milagro para mí"

 

"Nos presentamos y nos saludamos", recuerda Mary sobre ese momento ocurrido en enero de 2022. "Dijeron que se habían mudado de Illinois y que vivían en un departamento. Eso me hizo pensar que no conocían a nadie porque es lo habitual cuando vives en un departamento. Estaba muy avanzado su embarazo e imaginé que no tendría a nadie que cuidara a los niños cuando tuvieran al bebé".

 

Mary compartió ese pensamiento con Joe y ofreció cuidar a las cuatro niñas cuando llegara el momento de que Viviane y Félix fueran al hospital para dar a luz a su bebé. Cuando Mary le hizo esa oferta a Viviane, la joven se sintió conmovida y atónita. "Había estado orando a Dios en el banco: «¿Cómo voy a hacer esto cuando tenga que ir al hospital? Señor, ayúdame»", recuerda Viviane. “Cuando Mary me ofreció ayuda, fue como un milagro para mí. Mientras yo hablaba con Dios, Dios le hablaba a ella".

 

"En Estados Unidos, nadie tiene tiempo"

 

Pasaron los días y llegó la madrugada del 2 de marzo de 2022. Pronto las contracciones de Viviane se volverían dolorosas, tiñendo esos instantes de temor, vacilación y también generosidad. Eran cerca de las cinco de la mañana. Félix supo que debía llevarla al hospital de inmediato, pero dudó en llamar a Mary porque era muy temprano y Viviane estuvo de acuerdo.

 

Llevó entonces a su esposa al hospital, la puso al cuidado de una enfermera y condujo de regreso a casa con sus cuatro hijas que todavía dormían alrededor de las 6 a.m. Pensó de nuevo en llamar a Mary, recordando el ofrecimiento que le había hecho. Pero volvió a dudar. "En Estados Unidos, nadie tiene tiempo", dice Félix. "Todo el mundo está muy ocupado". Aun así, cogió el teléfono y llamó a Mary. Ella llegó 15 minutos después haciéndose cargo de cuidar esa mañana a las dos niñas más pequeñas mientras las dos mayores abordaban un autobús para ir a la escuela y Félix regresaba al hospital donde seguía Viviane en trabajo de parto.

 

El amor de Dios

 

 

A medida que pasaban las horas, Félix se preocupaba de que le estaba quitando demasiado tiempo a Mary, por lo que le envió un mensaje de texto diciéndole que regresaba a casa porque el bebé aún no estaba listo para nacer. Ella le respondió un mensaje de texto explícito: "¡Oh, Dios mío! ¡Quédate ahí!" Y así lo hizo, recuerda Félix señalando que esto fue una confirmación de que "Dios está en todo".

 

Cuando Mary tuvo que irse por la tarde, otra feligresa de la parroquia, Noreen Poorman, vino a relevarla, ayudando a los niños con sus tareas y asegurándose de que tuvieran todo lo que necesitaban para sus duchas. Al final del día Viviane dio a luz a su quinta hija, Marie-Reine. Mary continuó ayudando a la familia hasta que Viviane y el bebé llegaron a casa dos días después.

 

Viviane, como es natural, considera a Mary como un ángel guardián enviado por Dios. "Es muy bueno estar conectado con ella. Ella nos muestra el verdadero amor de Dios", afirma.

 

 

 

Fuente: Arquidiócesis de Indianápolis

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