En 1534 para divorciarse de Catalina de Aragón, el rey Enrique VIII rompió vínculo con la Iglesia Católica estableciendo la conocida “Acta de Supremacía”, mediante la cual se autodesignó jefe absoluto de la Iglesia en Inglaterra y declaró traidores a quienes fuesen obedientes al Papa. Iniciaba así su sangrienta persecución a los católicos, asesinando a figuras destacadas como Tomas Moro, el obispo Juan Fisher, descuartizando a los monjes de La Cartuja de Londres, asesinando sacerdotes, abades, feligreses, por cientos. Luego, el hijo de Enrique, Eduardo VI, prolongaría la persecución y prohibiría -a riesgo de ser ejecutado- la celebración de la Santa Eucaristía.
En Irlanda, aunque los católicos habían sido devastados, sus sacerdotes se resistían celebrando la Misa en solitarios parajes y usando como improvisado altar las que con el tiempo han sido conocidas como Mass Rocks.
Como un homenaje a los mártires y una fuente de vida en estos nuevos tiempos de persecución a la Iglesia en tantos lugares del mundo, sacerdotes de las 26 diócesis de Irlanda, desde Semana Santa 2021 en adelante, han estado celebrando la Eucaristía en algunas Mass Rocks.
Arriesgando incluso la vida
El domingo de Resurrección uno de los primeros en celebrar en tal lugar, fue el joven sacerdote Gerard Quirke. Inició la Eucaristía a las 7 de la mañana, teniendo por altar milenarias rocas con vistas a la pintoresca bahía de Keem, en la isla Achill. El mismo lugar que se utilizaba durante la época de las leyes penales, cuando los católicos sufrían restricciones y una brutal persecución.
“Hay una casita frente a la Mass Rock, el hombre que vive en esa casa tiene más de 80 años. Su familia compró esa casa en 1945 y es la primera vez que el recuerda la celebración de una eucaristía sobre esta Mass Rock”, comentó el padre Gerard Quirke al Irish Time.
Todas las expresiones de la fe católica estaban prohibidas en Irlanda entre los siglos XVI y XVIII en virtud de las Leyes Penales, lo que obligaba a los sacerdotes a celebrar la eucaristía en lugares apartados, al aire libre; arriesgándose a ser multados, encarcelados y a morir por celebrar el sacrificio eucarístico. Muchos de estos altares, o Mass Rock, siguen existiendo hoy en día y sirven de recordatorio de las penurias sufridas por los católicos irlandeses bajo el dominio británico.
Monseñor Tommy Johnston, que celebró la eucaristía en una Mass Rock en las Montañas Ox, en el condado de Sligo, dijo que era un “privilegio único” celebrar la misa en un lugar utilizado por sus predecesores cuando sufrían persecución. “Allí la Mass Rock es una enorme roca con una superficie irregular que no ofrece ningún indicio de que pueda ser utilizada para un propósito tan sagrado. Quizá por eso fue elegida. No merecía una segunda mirada. Estaba por encima de toda sospecha”, comentó monseñor Johnston.
La eucaristía completa celebrada por p. Gerard