Joel Stepanek es un conocido referente de la pastoral juvenil en los Estados Unidos de Norteamérica. En su breve y directa presentación de Twitter e Instagram refiere que pasó la mayor parte de su 8vo grado en la inspectoría del colegio “porque no había un reto que no aceptara”. Pero luego, en la escuela secundaria, su líder de la pastoral juvenil… “me retó a seguir a Cristo y no he mirado atrás”, afirma.
Joel lleva más de diez años implicado activa y apasionadamente en la pastoral, y en la actualidad es el director para el desarrollo de recursos de Life Teen International. Allí crea atractivos recursos pastorales para estudiantes de secundaria y bachillerato, universitarios y padres. Es fan de los Packers, le gusta cocinar, correr, y pasar tiempo con su esposa y sus tres hijos Elijah, Daniel y Sophia Grace.
Según un informe de Pew America's Changing Religious Landscape, los católicos más jóvenes son mucho más propensos que los mayores a decir que podrían imaginarse dejando la Iglesia católica algún día. Cuatro de cada diez (41%) católicos adultos menores de 30 años dicen que podrían imaginarse a sí mismos abandonando la Iglesia, en comparación con aproximadamente una cuarta parte (26%) de los que tienen entre 30 y 64 años y sólo el 14% de los que tienen 65 años o más.
Respecto de estas cifras y como abordan desde Life Teen los desafíos que revelan, Joel fue entrevistado por Catholic Profiles. Ofrecemos parte de esa publicación, traducida al español, para los lectores de Portaluz.
¿Cuándo se incorporó a Life Teen y cuáles son sus responsabilidades actuales?
Empecé a trabajar para Life Teen en febrero de 2012 y actualmente soy el director de Desarrollo de Recursos. Superviso la creación y producción de nuestros recursos catequéticos para la escuela media y secundaria, la universidad, y los diversos proyectos de libros y planes de estudio independientes que creamos. Colaboro con nuestro equipo de vídeo y cine para producir la variedad de producciones de vídeo que ofrecemos a las parroquias, ayudo con nuestros eventos de formación, campamentos y conferencias, y colaboro con nuestro Equipo de Apoyo Parroquial para ayudar a servir a nuestras parroquias suscriptoras de la mejor manera posible.
Volviendo al Informe Pew, según su experiencia, ¿cuáles han sido algunas de las principales razones por las que muchos adolescentes han abandonado la Iglesia?
Creo que hay dos razones principales. La primera es la falta de conexión. Todos queremos estar conectados. La comunidad cristiana primitiva estaba muy conectada: todos vivían en comunidad y tenían posesiones en común. Hay una razón por la que Jesús llamó cerca de sí a una pequeña comunidad de discípulos. Estamos hechos para las relaciones. Cuando los jóvenes empiezan a ver la Iglesia como algo frío e impersonal, se sienten desconectados. Por desgracia, no siempre hemos hecho un gran trabajo como Iglesia fomentando un sentido de pertenencia en nuestras parroquias. Pero la única manera de que aprendan es que una comunidad invierta primero en los jóvenes, les haga sentirse bienvenidos y les ponga en contacto con personas que se preocupan por ellos.
¿Cómo aborda Life Teen estos retos?
Life Teen proporciona formación y recursos para crear una cultura de encuentro y hospitalidad. Al ayudar a los jóvenes a conectar entre sí y con adultos que son modelos positivos, también les ayudamos a caminar hacia Cristo, que es la conexión definitiva. Cada año formamos a miles de pastores de jóvenes y sacerdotes sobre cómo responder a las necesidades de los jóvenes y no sólo presentar la doctrina de la Iglesia, sino hacerlo en el contexto de una relación.
Abundan los informes sobre cómo afecta la violencia televisiva a los adolescentes. ¿Tiene alguna sugerencia sobre si los padres debiesen controlar los programas de televisión que ven sus hijos?
En última instancia, los adolescentes (por desgracia) van a estar expuestos a la violencia, a la sexualidad abusiva y a toda una serie de pecados. Sin duda hay que vigilar lo que entra en la mente de un joven y establecer límites sobre cuándo puede ver la televisión, qué pantallas tiene en su habitación, etc. Pero creo que el papel más importante de los padres es ayudar a entregar a su hijo o hija las herramientas para alejarse de la programación o los sitios web no apropiados, al tiempo que les proporcionan una línea abierta de comunicación en caso de que un adolescente se encuentre con algo oscuro y necesite procesarlo. El diálogo es realmente la mejor prevención, pero también la mejor forma de ayudar a un joven a contextualizar algunas de las cosas malvadas con las que se encuentra y ayudarle a aprender a evitarlas en el futuro.
¿Qué consejo daría a los párrocos que no tienen una pastoral juvenil en su parroquia?
Los jóvenes de nuestra Iglesia son demasiado importantes como para no invertir en ellos. Necesitan algo innovador y crear vínculos. Necesitan algo que les lleve hacia Jesús. No podemos seguir haciendo cosas que parecían funcionar hace 30 años y esperar crecer. Los costos y los desafíos valen la pena la recompensa, que en última instancia es la salvación del alma de un joven. Si necesita información sobre cómo empezar, nos encantaría ayudarle. Póngase en contacto con nosotros en LifeTeen.com y podemos conseguirle todo lo que necesita para comenzar un ministerio juvenil vibrante que no sólo ayude a los adolescentes a encontrar a Cristo, sino a crecer como Sus discípulos.
Los blogs de algunos de los miembros de Life Teen son una revelación por su honestidad a la hora de abordar temas a menudo difíciles y proporcionan una mayor comprensión de los retos de la adolescencia. ¿Cuándo comenzó el blog de Life Teen y ha habido algún comentario de alguno de los padres sobre los blogs de sus hijos?
El blog Life Teen existe casi desde que tenemos página web. Ha adoptado diversas formas a lo largo de los años, pero nuestro objetivo actual es crear varios contenidos nuevos cada semana que aborden la vida de los jóvenes y les ayuden a comprender las formas en que se entrecruzan nuestra fe y nuestra cultura. Queremos ayudarles a aprender y a crecer en su relación con Cristo y encontrarnos con ellos allí donde estén, lo que significa que tenemos que tener una presencia sólida en Twitter, Instagram y otras redes sociales, además del contenido de nuestro blog. A muchos padres les encanta el blog: no sólo quieren que su hijo o hija lo lea, sino que a menudo son algunos de nuestros lectores más ávidos.
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