pastorino
pastorino

Sectas de la New Age, lobos con piel de oveja

El sacerdote Miguel Pastorino es miembro de la Red Internacional del Estudio de las Sectas (RIES) y afirma que tras las múltiples manifestaciones de la New Age se articulan sectas que son un auténtico peligro para las personas y la sociedad.

por Danilo Picart

7 Agosto de 2013

Desde sus primeros años como seminarista, Miguel Pastorino tuvo la inquietud de ser fiel a la defensa de la fe, comprendiendo que en la doctrina de la Iglesia se asienta el bien común que permite el desarrollo en dignidad del ser humano y la sociedad. Hoy, desde la Red Internacional del Estudio de las Sectas, este sacerdote denuncia el error y riesgos inherentes a las sectas que han surgido en Hispanoamérica desde las diversas expresiones de la 'Nueva Era' - New Age.

En entrevista exclusiva con Portaluz, Miguel Pastorino, quien además es director de comunicaciones de la Arquidiócesis de Montevideo y trabaja en la formación de agentes pastorales, enfrenta sin tapujos a quienes tergiversan y pretenden reducir la realidad de Dios a un concepto de “energía”. Pastorino comienza su diálogo invitando a realizar un mea culpa como creyentes señalando que “las sectas crecen por el vacío espiritual que ha dejado la Iglesia”...

Embaucar y dominar

¿A quienes buscan captar las sectas inspiradas en la New Age?

Los emocionalmente vulnerables. Asimismo adolescentes, jóvenes o adultos para quienes es atractiva una propuesta espiritual que no les plantea exigencias. Hace veinte años las personas argumentaban con ideas su cambio de religión. Hoy predomina el pobre, emocional y estético argumento de que «aquí me siento bien», «está lindo». Mucha gente ve y se mueve no desde las ideas, sino desde las emociones y basta que alguien le hable un poco lindo del cosmos, del oriente, le pongan un poco de música e inciensos. Es lo que hoy hacen muchos negocios de la fe.

¿Los líderes de sectas New Age son un peligro para la sociedad?

Sí porque provocan dependencia, aíslan a los seguidores de sus familias progresivamente. Hay una extorsión religiosa, cuando presionan psicológicamente a la persona y por lo tanto, hay un daño emocional. El líder se sitúa como un mesías carismático, pero encierra una melomanía autoritaria cuyas expresiones más extremas involucran lavado de cerebro, abusos de toda índole e incluso la muerte ritual. Ni hablar de la gran confusión religiosa con la que salen de allí dentro lo ex adeptos.

Por eso, el primer consejo que dan los expertos en sectas a personas que tienen familiares en estos grupos, es no cuestionarlos directamente, porque lo que se logra es que se aíslen más rápido al interior de la secta. Por más que el seguidor vea cosas que no le parezcan, o que sus amigos y familiares le alerten que «eso es una secta», si confía en el sistema, confía en el líder, le admira y estará a la defensiva. Hoy existen muchas agrupaciones de carácter religioso, tras una fachada de centro holístico o terapéutico, que mezcla reiki con ángeles, Jesucristo, la reencarnación; bueno, y todo a gusto del consumidor. Productos de consumo para embaucar y dominar.

Un desafío para la Iglesia

Absolutamente. Juan Pablo II en Santo Domingo, decía «las sectas crecen por el vacío espiritual que ha dejado la Iglesia». Porque a veces hemos dejado un gran vacío pastoral por dedicarnos a muchas cosas. Pero falta que hablemos más del Señor, que lo presentemos, que la gente tenga instancias de encuentro con Dios. No podemos seguir más en una pastoral de mantenimiento, esperando que vengan. Debemos salir a presentarles el Evangelio, esta es la misión de la Iglesia.

La reencarnación, falsa promesa del “catecismo de la Nueva Era”

¿Por qué la New Age es incompatible con el cristianismo?

Cuando uno escucha hablar de la chispa divina, de la energía, o de expandir la conciencia, estamos ante el catecismo de la Nueva Era. Libros como los de Brian Weiss, por su formación como psiquiatra, pretenden legitimar la reencarnación con argumentos que presumen de científicos y que son inexistentes. El Arte de Vivir, del gurú Ravi Schankar, es otro ejemplo. Allí dice «si yo dijera que no soy Dios, estaría blasfemando». El problema es que todo esto viene envuelto en un seductor lenguaje de tipo espiritual donde hablan del amor, del perdón, de lo divino en términos genéricos, de la divinidad como una suerte de energía y la mayoría de los cristianos ni siquiera se da cuenta los engaños que están leyendo y asimilando.

El concepto New Age ´expansión de la conciencia´ se presenta como algo positivo. ¿Dónde está el error?

El Consejo Pontificio para la Cultura y para el Diálogo Interreligioso, elaboró en 2003 un documento llamado Jesucristo, portador del Agua Viva, dedicado a la Nueva Era. En el capítulo 4, dice «Dios es persona, no energía». El concepto de expandir la conciencia significa afirmar que yo soy Dios. Y un cristiano sabe que Dios es la Santísima Trinidad, y nosotros somos creaturas.

¿Cuál es el desafío entonces?

Ser católicos de verdad, por opción adulta, porque de lo contrario te llevará el viento de cualesquier doctrina errada. El documento de Aparecida nos recuerda la urgencia de una conversión del corazón que descubre en Jesucristo vivo a quien me cambia la vida, y así me transforma en una persona nueva, adhiriendo a su palabra y adentrándome en su Iglesia.

Si recibimos el bautismo, la comunión, pero no cultivamos una relación personal con Jesucristo o no profundizamos en la Biblia, no conocemos la propia fe, estamos expuestos. Aceptar a Jesús, es aceptar su camino. Las sectas de la Nueva Era captan católicos que tal vez han recibido los sacramentos, pero no han sido evangelizados. La mejor vacuna contra las sectas es una auténtica conversión a Jesucristo, en su Iglesia, y una formación permanente.

En este Año de la Fe, repasemos más el catecismo de la Iglesia Católica. Muchas sectas que beben de la New Age te hablan incluso de Jesús, pero sólo como «el maestro». No te dicen que Él es el Señor y que Él es Dios. Para ellos es un profeta más, entre otros iluminados, al mismo nivel que Buda. Si nosotros somos cristianos, debemos creer en la resurrección y que hay una sola vida, no veintiocho mil. Sin esto muchos podrán decir creo en Jesús, pero la verdad estarán fabricando un concepto de Jesús a su manera.