Exorcista confirma: “El Rosario electrocuta a los demonios”

El sacerdote y exorcista de Estados Unidos Stephen Rossetti, comparte las experiencias de personas atacadas por el demonio quienes, rezando el Rosario, han descubierto que se logra combatir de forma efectiva a los demonios.

Conozco a una mujer, dice padre Stephen, "que estaba siendo atacada y acosada por demonios", y en el culmen de su desesperación tuvo la benéfica idea de empezar a rezar el Santo Rosario todos los días. «Cuando rezo el Rosario, siento como si el demonio se electrocutara. Las sacudidas son intensas. El Rosario es como un electroshock para esa cosa», cuenta que ella le dijo.

Según ha podido observar el exorcista, ella siente la reacción de los demonios y ha descubierto que esa "cosa" dentro de ella «reacciona de forma diferente a las distintas oraciones y cosas sagradas. Parece que de alguna manera estamos entrelazados y me comunica sus 'sentimientos y sensaciones'», dijo la mujer.

Para el sacerdote lo que ella describe, es un síntoma habitual de la experiencia de estar poseído por demonios. Es como si fuese "un entrelazamiento de personalidades", afirma el sacerdote en su blog.

Es tan precisa la percepción de esta mujer -cuenta padre Stephen- que cuando reza el Rosario siente como el demonio "odia especialmente la parte del Padre Nuestro «perdona nuestras ofensas» y la parte «ruega por nosotros pecadores» del Ave María", le ha dicho la mujer. El sacerdote comenta que él la anima a continuar orando a diario, teniendo especial cuidado de manifestar en esos momentos del Padre Nuestro y el Ave María un arrepentimiento consciente, sincero, de todos sus pecados. "Su arrepentimiento ayuda a cerrar el portal demoníaco", añade el exorcista.

Padre Stehen Rossetti recuerda que en muchas apariciones marianas y en las experiencias de muchos grandes santos, el Rosario se presenta como la oración más poderosa e importante. "A algunos no les parecerá gran cosa... pero lo que da al Rosario su poder no es ningún tipo de multiplicación de oraciones, ni el poder innato de las palabras. Es más bien una súplica a una persona poderosísima, la Santísima Virgen María. Ella promete grandes gracias a quienes lo recen y confíen en su intercesión ante su Hijo. En este caso, Nuestra Señora promete que el Rosario será una poderosa armadura contra el infierno. Y así es".