Papa Francisco fuego de Dios.
Papa Francisco fuego de Dios. Imagen gentileza de VaticanNews.

El Papa Francisco enciende las almas con el fuego de Dios al reflexionar sobre la fragilidad humana

"Toda vida humana tiene una dignidad inalienable... nadie es inútil, nadie es indigno, toda existencia es un don de Dios que debe ser recibido con amor y respeto", ha proclamado con emoción el Pontífice.

por Portaluz

10 Enero de 2025

Estas reflexiones que encienden las almas con el fuego de Dios, fueron ofrecidas por el Santo Padre Francisco al recibir en Audiencia a los promotores del proyecto Écoles de Vie(s), inspirado en el Pacto Educativo Mundial.

Acceda a continuación al texto original completo -que hemos traducido del italiano- de las enseñanzas del Pontífice.

 

DISCURSO DEL SANTO PADRE FRANCISCO

A LOS PROMOTORES DEL PROYECTO ÉCOLES DE VIE(S)

Viernes 10 de enero de 2025

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Queridas hermanas, queridos hermanos, ¡buenos días!

Con alegría les recibo hoy a ustedes, promotores del proyecto «Écoles de Vie(s)», acompañados por Mons. Philippe Christory, obispo de Chartres. Vuestro proyecto de formación, que tiene como centro el Evangelio y la doctrina social de la Iglesia, pone de relieve una verdad fundamental: toda persona, por frágil que sea, es portadora de un valor intrínseco, y estamos llamados a «reconocer a cada individuo como una persona única e insustituible» (Fratelli tutti, 98). Toda vida humana tiene una dignidad inalienable. Con su compromiso, ustedes proclaman que nadie es inútil, nadie es indigno, que toda existencia es un don de Dios que debe ser recibido con amor y respeto. Gracias.

Es lo que Jesús mismo nos enseña con su ejemplo. En su ministerio salió siempre al encuentro de los enfermos, de los rechazados, de los excluidos de la sociedad de su tiempo. Y tocó a los leprosos, habló a los marginados y acogió con amor a los que parecían no tener lugar en la sociedad. «Jesús entra en contacto, Jesús entra en contacto directo con los que experimentan la discapacidad, porque la discapacidad, como cualquier forma de enfermedad, no debe ser ignorada o negada. Pero Jesús no sólo se relaciona con ellos: también cambia el sentido de su experiencia; de hecho, introduce una nueva perspectiva [...]. Para Él, toda condición humana, incluso la marcada por graves limitaciones, es una invitación a tejer una relación singular con Dios que haga florecer de nuevo a las personas» (Discurso a la Academia Pontificia de Ciencias Sociales, 11 de abril de 2024). Esto es importante: la relación con Dios siempre hace florecer de nuevo a las personas, ¡siempre!

Acogiendo a todos con sus fragilidades y reuniendo a un gran número de actores, ustedes encarnan esa Iglesia en salida que he pedido a menudo, una Iglesia abierta, una Iglesia acogedora, capaz de tender la mano a cada uno y de curar las heridas de los que sufren, de acariciar con ternura a los que están privados de afecto y de levantar a los que han caído al suelo. Pensad que sólo en una situación es lícito despreciar a una persona: para ayudarla a levantarse. Los jóvenes en particular, a pesar de sus limitaciones, están llenos de un potencial insospechado. Estamos llamados a crear espacios en los que puedan expresarse plenamente. Debemos dar cabida a sus sueños, acogerlos y transmitirles esperanza. Vuestro compromiso les permite descubrir que sus vidas tienen sentido y que tienen un papel único que desempeñar en la sociedad.

Me alegro de que vuestro proyecto se inscriba firmemente en la visión de la educación propuesta en el Pacto Mundial por la Educación: una educación integral que no se limite a transmitir conocimientos, sino que busque formar hombres y mujeres capaces de compasión y amor fraterno. Así contribuís a una educación que prepara el futuro, formando no sólo profesionales competentes, sino también adultos maduros que serán los artífices de un mundo más bello y más humano, impregnado del Evangelio.

En este año jubilar de la esperanza, os animo a perseverar con determinación, porque sólo devolviendo la centralidad a la persona humana, integrando sus dimensiones espirituales, podremos construir una sociedad verdaderamente justa y solidaria. Vuestra iniciativa es una respuesta concreta a esta aspiración: da a las personas, a todas las personas, marginadas por la discapacidad o la fragilidad su lugar dentro de una comunidad fraterna y alegre. Que vuestro compromiso inspire otras iniciativas en favor de los más vulnerables, y que vuestra acción abra perspectivas para una educación integral que las jóvenes generaciones necesitan urgentemente.

Que la Virgen María, Madre de la Esperanza y educadora de Jesús, os acompañe y proteja. Os bendigo de corazón, con todas las personas a las que servís, con los jóvenes a los que educáis, con todas las familias y con todos los que apoyan este hermoso proyecto. Y, por favor, no os olvidéis de rezar por mí. Gracias.

 

 

Fuente: Vatican.va