Allí donde inició su significativo viaje para encontrarse con albaneses, fue donde el Papa lo finalizó la mañana de este lunes… a los pies de la Santísima Virgen María en el altar de Santa María la Mayor (Roma) donde depositó un nuevo ramo de flores que en Albania le habían entregado pocas horas antes.
Papa Francisco con su visita a Albania ha puesto de relieve en el concierto de las naciones del mundo a este país y sus habitantes como signo de que fe, fraternidad y colaboración son posibles. Así lo dijo el Pontífice a los periodistas, en el avión que le traía de regreso… el albanés «no es tolerante, es hermano, tiene la capacidad de la fraternidad; y esto se ve en la convivencia, en la colaboración entre las religiones: los musulmanes, los ortodoxos y los católicos. Colaboran como hermanos».
Amar a nuestros perseguidores
Uno de los momentos que impactó al propio Vicario de Cristo fue su encuentro con Ernest Simoni, sacerdote de 84 años quien pasó 27 años en prisión, condenado a trabajos forzados por el antiguo régimen comunista que imperaba en Albania, por el simple hecho de haber sido un sacerdote. Pero lo impactante del testimonio entregado por este anciano es que en sus palabras no había odio, sino expresiones de perdón por quienes lo encarcelaron y torturaron por décadas… “Yo de todos modos respondía que Cristo nos había enseñado a amar a los enemigos y a perdonarlos y que nosotros debíamos empeñarnos en el bien del pueblo. Esas palabras mías llegaron a los oídos del dictador que al cabo de algunos días me liberó de la condena a muerte”, explicó el P. Simone a Papa Francisco.
Dando razón de lo experimentado en este viaje, el Santo Padre en su diálogo con los periodistas destacó la importancia del dar testimonio de Dios que construye la fraternidad… “Católicos… ortodoxos… musulmanes… los mataban porque decían creer en Dios. Las tres comunidades ofrecieron testimonio de Dios y ahora ofrecen el testimonio de la fraternidad”.