Se fue temprano a saludarla, media hora, a solas, le llevó un ramito de flores de pocos euros pero lleno del cariño del hijo por su madre. Así fue el contexto en que se encontró el Papa con la Santísima Virgen María la mañana de este viernes 19 de septiembre en el altar de “Santa María la Mayor” en Roma. Rito repetido, oración imprescindible rogando por la mediación de su Madre, antes de iniciar el viaje apostólico a Albania que vivirá sus horas intensas este 21 de septiembre.
Otra madre apañará en este viaje a Papa Francisco a tierras donde la sangre de los mártires convirtió y liberó del ateísmo… Madre Teresa de Calcuta. La madre de Dios y la de los pobres serán escudo suficiente para cualesquier intento yihadista por asesinar al Vicario de Cristo.
Papa Francisco, sostenido por Cristo no teme y continúa anunciando la buena nueva de la esperanza… como esta mañana de Viernes que nos dice en la homilía desde Casa Santa Marta:
“Con la Resurrección, todos nosotros seremos transformados… Éste es el futuro que nos espera y éste es el hecho que nos lleva a resistirnos tanto: resistencia a la transformación de nuestro cuerpo. También resistencia a la identidad cristiana. Diré más: quizá no tengamos tanto miedo al Apocalipsis del Maligno, del Anticristo que debe venir antes; quizá no tengamos tanto miedo. Quizá no tengamos tanto miedo a la voz del Arcángel o al sonido de la trompeta; porque será la victoria del Señor. Pero quizá tengamos miedo de nuestra resurrección: todos nosotros seremos transformados. Esa transformación será el final de nuestro recorrido cristiano”.
El ateísmo será denunciado por el Papa en todas sus facetas durante su visita a Albania, pero sobre todo el triunfo de la resurrección que santos como la albanesa Teresa de Calcuta y los mártires de aquellas tierras y millones que hoy mueren por la fe nos testimonian.