Desde los primeros momentos de la pandemia causada por el virus Covid 19 el Papa Francisco ha venido orando y convocando a orar sin descanso, pidiendo a Dios su misericordia e invocando en esta súplica la mediación de la Santísima Virgen María:
“Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios; no desprecies nuestras súplicas en las necesidades, antes bien, líbranos de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita”.
Junto a las oraciones del Rosario, así ha orado el Papa y millones con él en esta hora de prueba.
Y en este caminar espiritual de Cuaresma el Pontífice ha anunciado que el viernes 27 de marzo será un tiempo de oración y adoración del Santísimo Sacramento, al final del cual dará “la bendición Urbi et Orbi” con la “posibilidad de recibir la indulgencia plenaria”.