“La caridad no es una idea o un sentimiento de piedad, sino un encuentro vivencial con Cristo”: lo reiteró el Papa Francisco al recibir en audiencia a los participantes en la XXI Asamblea General de Caritas Internationalis, en curso en Roma desde el 23 hasta mañana 28 de mayo. A los 400 participantes presentes en la Sala Clementina, el Papa manifestó su placer de poder conocerlos en ocasión de esta Asamblea, agradeciendo también las palabras que le dirigió el Card. Tagle y saludando a “todos aquellos que en sus respectivos países están comprometidos con el servicio de la caridad”.
En su intervención el Pontífice evidenció “el momento significativo” vivido por la confederación, que estuvo “dirigido no sólo al cumplimiento de sus deberes estatutarios, sino también al fortalecimiento de los lazos de comunión mutua en su adhesión al Sucesor de Pedro, por el vínculo especial que existe entre su organización y la Sede Apostólica”. Y a continuación centró su reflexión en tres palabras clave: “caridad, desarrollo integral y comunión”.
Caridad
Considerando la misión que Caritas está llamada a llevar a cabo en la Iglesia, Francisco habló sobre el significado de la palabra “caridad”, que “no es un acto estéril ni una simple ofrenda para silenciar nuestra conciencia” – precisó – instando a no olvidar que “la caridad tiene su origen en su esencia en Dios mismo”.
“La caridad es el abrazo de Dios de nuestro Padre a cada persona, especialmente a los más pequeños y a los que sufren, que ocupan un lugar preferencial en su corazón”.
“Si consideramos la caridad como un ‘servicio’ – continuó Francisco - la Iglesia se convertiría en una ‘agencia humanitaria’ y el servicio de la caridad en su ‘departamento de logística’. Pero la Iglesia no es nada de esto, es algo diferente y mucho más grande: es, en Cristo, el signo e instrumento del amor de Dios por la humanidad y por toda la creación, nuestro hogar común”.
Desarrollo integral, antídoto de la cultura del descarte
Refiriéndose al desarrollo integral, el Papa explicó que “en el servicio de la caridad está en juego la visión del hombre, que no puede reducirse a un solo aspecto, sino que implica a todo el ser humano como hijo de Dios, creado a su imagen. Los pobres – puntualizó – son sobre todo personas, y sus rostros ocultan el de Cristo mismo”. Y como “signos de su cuerpo crucificado” – agregó – “tenemos el deber de alcanzarlos incluso en los suburbios más extremos y en los sótanos de la historia con la delicadeza y la ternura de la Madre Iglesia. Debemos aspirar a la promoción de toda la persona y de todos los hombres para que sean autores y protagonistas de su propio progreso”.
El Papa quiso también recordar a los integrantes de Caritas venidos de diversas partes del mundo que "la peor discriminación que sufren los pobres es la falta de atención espiritual" porque, precisó, “la gran mayoría de los pobres tienen una apertura especial a la fe; necesitan a Dios y no podemos dejar de ofrecerles su amistad…Por eso – agregó – "la opción preferencial por los pobres debe traducirse principalmente en una atención religiosa privilegiada y prioritaria".
Comunión
Finalmente, el Santo Padre definió la tercera palabra: comunión, “central en la Iglesia” – dijo – porque “define su esencia”. “Es la comunión en Cristo y en la Iglesia la que anima, acompaña y sostiene el servicio de la caridad, tanto en las propias comunidades como en las situaciones de emergencia en todo el mundo. De este modo, la diaconía de la caridad se convierte en un instrumento visible de comunión en la Iglesia” y es por eso - recordó el Papa - que como Confederación, son acompañados “por el Dicasterio para el Servicio de Desarrollo Humano Integral”, y aprovechó la ocasión para agradecer la labor diaria del Dicasterio y también “su apoyo a la misión eclesial de Caritas Internationalis”.
Después de hablar de estos “tres aspectos fundamentales de la vida en Caritas, la Caridad, el Desarrollo Integral y la Comunión”, el Papa exhortó a los presentes a vivirlos “con el estilo de la pobreza, la gratuidad y la humildad”.
Vivir con los pobres y para los pobres
El obispo de Roma continuó su discurso subrayando que no se puede vivir la caridad “sin tener relaciones interpersonales con los pobres”, que “no son números sino personas”. Con ellos se aprende a “practicar la caridad en el espíritu de la pobreza, aprendemos que la caridad es compartir” – dijo.
Francisco advirtió entonces que “no sólo la caridad que no llega al bolsillo es una falsa caridad, sino que la caridad que no implica el corazón, el alma y todo nuestro ser es una idea de caridad que aún no se ha realizado”. Y llamó la atención a tener cuidado de “no caer en la tentación de vivir una caridad hipócrita o engañosa, una caridad identificada con la limosna, con la beneficencia, o como una píldora calmante para nuestras conciencias inquietas”. De ahí s invitación a “evitar asimilar el trabajo de la caridad con la eficacia filantrópica o con la eficiencia de la planificación o con una organización exagerada y efervescente”.
El escándalo de convertir la caridad en negocio
“Es escandaloso ver a los operadores de la Caridad que la convierten en negocio” afirmó a continuación el Papa, refiriéndose a quienes hablan de la Caridad “pero viven en el lujo o la disipación u organizan Foros sobre la Caridad desperdiciando tanto dinero innecesariamente.
“Duele mucho ver que algunos operadores de caridad se convierten en funcionarios y burócratas” aseveró. Por ello, el Papa reiteró una vez más que caridad es “el deseo de vivir con el corazón de Dios que no nos pide tener un amor genérico, afecto, solidaridad, etc. hacia los pobres, sino de encontrar a Él mismo en ellos con el estilo de la pobreza”.