En su viaje a Irlanda con motivo del Encuentro Mundial de las Familias, el Papa Francisco se centró en la escucha de los que sufren, la celebración sacramental de la fe y en dar un conjunto de enseñanzas que acercan la doctrina de la Iglesia señalando -por ejemplo- que: “Jesucristo… se ha encarnado en nuestro mundo por medio de una familia” haciendo de ella el lugar predilecto “para reconciliar al mundo con Dios” y es por esto que “estamos destinados a ser: una única familia humana que vive junta en la justicia, la santidad y la paz”.
Terminada su visita a Irlanda, en la Conferencia de Prensa que dio en el avión que lo llevaba de regreso a Roma, sin mediar pregunta previa alguna, el Pontífice confidenció una certeza que valora: “Me gustaría decir una cosa para los irlandeses que están aquí: he encontrado mucha fe en Irlanda. Qué fe. Es cierto que el pueblo irlandés ha sufrido tanto a causa de los escándalos. Pero hay fe, en Irlanda, y fuerte. Y el pueblo irlandés también sabe distinguir, y cito lo que he oído hoy de un prelado: 'El pueblo irlandés sabe distinguir bien entre verdades y medias verdades: es algo que tienen dentro'. Es verdad que se trata de un proceso de transformación, de curación de este escándalo; es verdad que algunos se abren a posiciones que parecen alejarse de la fe. Pero el pueblo irlandés tiene una fe arraigada y fuerte. Quiero decir esto porque es lo que he visto y oído y lo que me han informado durante estos dos días”.
Respondiendo a las preguntas de los periodistas el Papa habló del tema de la migración, y abordó nuevamente el tema de los abusos sexuales. Sobre este particular fue categórico al reiterar -como ya lo ha señalado en el pasado- la tolerancia cero: “Basta de encubrir abusos; quien vea debe hablar inmediatamente ¡esto es lo que debe hacer el pueblo de Dios!”… “Si hay sospechas, pruebas o medias pruebas, no veo nada de malo en investigar, siempre y cuando se haga sobre el principio jurídico fundamental del “nemo malus nisi probetur”, nadie es malo hasta que se demuestre”.
Pero también el Papa puso una voz de alerta advirtiendo que “algunos medios de comunicación” caen en la tentación de condenar de inmediato y así “comienzan a crear un clima de culpabilidad” generalizada, sentenció el Papa.
Sobre las afirmaciones, juicios y condena exigiendo su dimisión, vociferadas en un documento de 11 páginas por el ex nuncio Carlo María Viganó el Papa ha respondido:
“Digo sinceramente esto: léanlo ustedes cuidadosamente y háganse su propio juicio personal. Yo no diré ni una palabra sobre esto. Creo que el documento habla por sí mismo”.
Y una de las últimas preguntas demandó la respuesta del Vicario de Cristo respecto a ¿qué le diría a un padre cuyo hijo dice ser homosexual?
“Siempre ha habido homosexuales y personas con tendencias homosexuales. Siempre. Los sociólogos dicen, pero no sé si es verdad, que en tiempos de cambios de época crecen algunos fenómenos sociales y éticos, y uno de ellos sería éste. Esa es la opinión de algunos sociólogos.
Su pregunta es clara: ¿qué le diría a un padre que ve que su hijo o hija tiene esa tendencia? Yo diría ante todo que rezara: reza. No condenar, hablar, entender, hacer espacio para el hijo o la hija. Haga espacio para la expresión. Pero, ¿a qué edad se manifiesta esta inquietud del niño? Eso es importante. Una cosa es cuando se manifiesta como un niño, cuando hay tantas cosas que puedes hacer, con la psiquiatría, ver cómo son las cosas; otra cosa es cuando se manifiesta después de los 20 años o cosas así. Pero nunca diré que el silencio es el remedio: ignorar al hijo o la hija con tendencia homosexual es una falta de paternidad y maternidad. Tú eres mi hijo, tú eres mi hija, así como tú eres; yo soy tu padre y tu madre, hablamos. Y si a vosotros, padre y madre, no os va bien, pedid ayuda, pero siempre en diálogo, siempre en diálogo. Porque ese hijo y esa hija tienen derecho a una familia y la familia es lo que es: no alejarlo de la familia. Este es un serio desafío para la paternidad y la maternidad. Muchas gracias por la pregunta, gracias.”, fue la reflexión del Papa.