«Secar los rostros irrigados por las lágrimas de un sufrimiento físico o espiritual llevando consolación y esperanza». Este será el significado de la vigilia de oración para «secar las lágrimas», presidida por Papa Francisco el próximo 5 de mayo a las 18.00 horas en la Basílica de San Pedro.
El evento jubilar, se indica una nota, «quiere ser signo visible de la misericordiosa mano del Padre tendida para secar las lágrimas de una mamá o de un papá que han perdido un hijo, de un hijo que ha perdido a un padre, de quien combate una enfermedad, de quien ha perdido el trabajo y no logra encontrarlo, de quien vive situaciones de discordia en familia, de quien experimenta la soledad porque ya está en una edad avanzada, de quien sufre un malestar existencial, de quien ha sufrido una injusticia, de quien ha perdido el sentido de la propia vida y no logra encontrarlo. Son muchos y de todo tipo los pequeños y grandes sufrimientos que cada uno lleva dentro de sí, pero todos, ciertamente, tienen en común un ‘cansancio’ del vivir y, a menudo, la falta de esperanza y de confianza».
En ocasión de la vigilia, será expuesto a la veneración de los fieles en la Basílica de San Pedro el relicario de la Virgen de las lágrimas de Siracusa, relacionado con el prodigioso fenómeno que se verificó entre el 29 de agosto y el primero de septiembre de 1953, cuando un cuadrito de yeso, con la imagen del corazón inmaculado de María, que se encontraba en la cabecera de una cama matrimonial en la casa de una joven pareja de esposos (Angelo Iannuso y Antonia Giusto), derramó lágrimas humanas. El relicario contiene parte de las lágrimas que surgieron milagrosamente de la imagen de la Virgen.