“Hoy podemos preguntarnos: ¿cultivo el deseo de entrar, con la gracia de Dios, en su Reino, y de ser, con su ayuda, su guardián acogedor también para los demás? Y para ello, ¿me dejo ‘pulir’, suavizar, modelar por Jesús y su Espíritu, el Espíritu que habita en nosotros, en cada uno?”, dijo el Vicario de Cristo.