Ángel Miguel Calvo se considera "un joven de 50 años". Su trayectoria e historias de vida darían para más de un libro. Especialmente la última etapa, dice, que le llevó de frecuentar un ambiente laicista -antes de recibir el llamado de María en Medjugorje-, a la diócesis de Alcalá de Henares (España) donde se derrumba lo que él llama "una rebeldía de toda la vida".
Como detalla en el video-testimonio del programa Cambio de Agujas que puedes activar al final, sus primeros años de vida se desarrollaron al margen de la fe. En la familia su madre era "la única que la conservaba y practicaba".
Por ello, Ángel fue bautizado e hizo la comunión, pero sin más signos visibles de fe y "ninguna relación con Dios". Aunque recuerda que "alguna vez" rezaba con su madre de niño, la distancia con la religión iba en aumento. Especialmente con la llegada de la adolescencia, lo que recuerda como "un ambiente laicista" del que "Dios había desaparecido".
Precisamente en la adolescencia conoció a una chica, con la que salió durante cinco años antes de comprarse un piso y casarse. "Pesamos que era hora de vivir juntos. Me casé por la Iglesia por inercia y por no disgustar a mi madre. Realmente recibí el sacramento de mala forma, como luego se confirmó", recuerda.
Nació su hija y al paso del tiempo, cinco años después del "sí, quiero", llegó el divorcio. Más tarde Roma confirmaría la nulidad de un matrimonio que nunca "fue serio".
"Hasta que no me divorcié no toqué el infierno. [La que tenía] no era una felicidad apoyada en una verdad y en algo sólido. Cuando te divorcias y tocas fondo, ahí te das cuenta de lo impactante de una realidad sin Dios. Fue el momento más triste de mi vida", recuerda.
En plena "oscuridad", su hija no solo seguía siendo "lo más importante del mundo", sino especialmente su "timón y orientación". Por ella tenía que estar bien, sobreponerse y salir adelante. Y para ello tenía que liberarse de aquella oscuridad en la que "nada cuadraba".
"Buscaba una explicación. Buscaba la verdad", recuerda. Comenzó indagando en el psicólogo… pero no halló nada concluyente. También probó en la Nueva Era y en las constelaciones familiares, pero dada su "infancia feliz", Ángel "rompía los esquemas" de estas terapias. Pronto se daría cuenta de que, en ocasiones, "el diablo trabaja para Dios" y comprendió claramente lo que "el diablo había enredado" en su vida.
De la conversión que luego vino, al toparse con la Renovación Carismática, los Cursillos de Cristiandad, la intimidad ante el Santísimo, "el milagro" en Medjugorje, hasta su respuesta a Dios que le ha llevado al Seminario, lo cuenta en el siguiente video…
Fuentes: H&M Televisión, Cari Filii