El amor de Dios es siempre más grande de lo que podemos imaginar, y se extiende incluso más allá de cualquier pecado que nuestra conciencia pueda reprocharnos...
"Para responder, tanto al reduccionismo individualista de tendencia pelagiana, como al reduccionismo neo-gnóstico que promete una liberación meramente interior…"
"De un encuentro y de una llamada nació el camino de la consagración...en ese encuentro no estábamos solos con Jesús: estaba también el pueblo de Dios".
El Santo Padre también destacó la importancia de formar a la comunidad y así existe durante la Liturgia de la Palabra "un clima de silencio que favorezca la experiencia del diálogo entre Dios y la comunidad creyente".
"Es un gran peligro para la fe – señaló el Papa – vivir sin madre, sin protección, dejándonos llevar por la vida como las hojas por el viento. El Señor lo sabe y nos recomienda acoger a la Madre".