Papa Francisco ha sido sepultado. En la vida, en la muerte y en la eternidad junto a la Santísima Virgen María

El Santo Padre Francisco ha sido sepultado el 26 de abril de 2025 en una tumba tan sencilla como su vida. El Papa vino "del fin del mundo" y eligió dejar como legado espiritual un testimonio vivo de confianza en la Madre de Dios, también a través de su sepultura junto al icono de la Salus Populi Romani. 

Da así testimonio de una devoción mariana profunda, cotidiana y real, que lo hace permanecer cerca de María, en la vida, en la muerte y en la eternidad. Una opción que se presenta como un gesto profético, así como una llamada a toda la Iglesia a vivir una fe humilde, confiada y concreta.

El Cardenal Rolandas Makrickas, coadjutor de la basílica papal de Santa María la Mayor, a quien el propio Francisco pidió encargarse de su entierro señaló sobre esto a la prensa:

"Es realmente un honor, pero también una gran responsabilidad ser exacto en todo lo que el Santo Padre pidió que se hiciera para su tumba: porque quería que su tumba hablara de su vida. Eligió una tumba muy sencilla con lo esencial, como también lo fue la elección de vivir en la Casa Santa Marta y no en el Palacio. Comparo estas dos opciones porque representan la continuidad, a partir de la cual entendemos por qué la tumba es tan simple. Porque vivía de una manera muy sencilla con la gente, con los fieles a los que estaba muy cerca, especialmente con los pobres y necesitados. Y también quiere ser recordado con su tumba, con su presencia incluso cuando está muerto, de esta manera sencilla y cerca de la Madre de Dios. Lo acogemos como a quien no solo regresa a la casa del Padre, sino también a la de la Madre".