por Portaluz. Ana Beatriz Becerra
4 Marzo de 2022
Durante sus 51 años, la vida del periodista Felipe Arias no ha estado exenta de crisis inesperadas que han forjado su alma. Nació en una familia católica, tradicional, en la cual acostumbraban a rezar el rosario diariamente y otras prácticas espirituales. Todo transcurrió tranquilamente durante la infancia, pero pronto confrontaría esas creencias familiares: “Durante la adolescencia uno recibe mucha información de los amigos y juzga; entonces juzgué a la iglesia católica, juzgué a los sacerdotes, a las religiosas; también me alejé porque tuve una gran diferencia con mi papá frente a estos temas del licor”, comienza relatando Felipe a Portaluz.
Dando la espalda a Dios
La confrontación de Felipe con su padre iba in crescendo hasta derivar “casi que en pecado al sentir odio hacia él, rechazo hacia él. Luego, entré en una rebeldía contra él y contra todo lo que fueran leyes, normas, decretos, gobierno”, confidencia.
Esta crisis derivó en un radical alejamiento de Dios que produjo no solo cuestionamiento de creencias, sino también cambios en su comportamiento: “Digamos estar teniendo relaciones sexuales a la ligera, tener una novia y no valorarla, no cuidar el templo del Espíritu Santo. También, no sé, ver películas que no me dejaban nada y que tenían mucho contenido sexual o casi pornográfico; llegando a ver todo esto normal; o el oír a una niña en la universidad y que dijeran yo aborté y estar uno tan tranquilo frente a esos temas porque ya se consideraba normal; de hecho, yo decía es normal, hazlo síguelo haciendo. Fue un consentir ese tipo de cosas que no están bien pero que se vuelven normales” recuerda.
La esposa, instrumento en su conversión
Pero con la gracia de Dios y en el ejercicio de su libre albedrío, finalizaría esta noche oscura. Hoy cree que en este regalo de la conversión aportaron las oraciones de su madre e incluso aquellas puras y fervorosas que él mismo recitaba de niño. El asunto es que, por mediación de la Virgen, su corazón volvería a estremecerse con Dios; y su futura esposa, Viviana, sería el instrumento, según nos relata: “El nuestro fue un noviazgo totalmente diferente. Yo la invité a salir un viernes a rumbear, pero ella me dijo: «No yo el viernes tengo grupo de oración». Entonces me dije: «Uf, con quien me estoy metiendo, ¿un grupo de oración un viernes?» Y ella me dijo: «Pues si quieres conocerme más a fondo vamos al grupo de oración». La seguí y fue amor a primera vista, no solamente con ella, sino con Dios. Seguí participando de ese grupo, conociendo más de la Virgen, de la Biblia. Luego entramos a un grupo mariano, empecé a conocer un mundo que para mí era un descubrir la vida, el amor”.
De esta forma Viviana Montenegro y Felipe Arias se eligieron ambos como esposos y la conversión de Felipe puso un sello de Dios al vínculo, realidad que madurarían juntos en futuras crisis. “Tuvimos tres pérdidas cuando recién nos casamos”, cuenta Felipe y explica: “Eran embarazos anembrionados. Son tres angelitos que tenemos en el cielo, los tenemos bautizados, nos acompañan Santiago, Mariana y Nicolás. Nos ayudaron para crecer espiritualmente”, testimonia.
La fe fue el factor protector para sobrevivir en medio de estas crisis por el fallecimiento de sus hijos y también tenían la certeza de que Dios sufría con ellos. Aceptar su voluntad, aunque fuese doloroso, les otorgó paz. Luego, como en los relatos bíblicos, tuvieron la certeza de que Dios les daría el regalo que anhelaban: “Es que a Dios lo he sentido todo el tiempo. No necesito ver, porque se ha manifestado en mi vida, con mi esposa, desde cuando tuvimos las tres pérdidas de bebés y luego llegaron las tres promesas que nos hizo a través de una oración. Nos prometió que íbamos a tener tres bebés, que son nuestros tres hijos hoy en día”, afirma emocionado.
La fidelidad del infinito amor de Dios
Si lo vivido no era suficiente crisol para la fe, Felipe y quienes lo aman debieron enfrentar una nueva prueba cuando en medio de la crisis por el Covid19 este conocido presentador de noticias colombiano sufrió un infarto cardíaco durante la presentación del noticiero RCN: “Empiezo a sentir una situación más incontrolable, la opresión en el pecho a mí se me estaba subiendo hacia la garganta. Me sacan a la clínica Colombia, que era la más cercana; realmente podría tardarme 5 o 10 minutos máximo pero el tráfico vehicular... el carro me acuerdo que pitaba, pero yo estaba como atravesando un túnel donde me estaba yendo. Entré a la sala de reanimación, luego me dicen que me tenían que intervenir de inmediato y ahí confirman que estaba teniendo un infarto” recuerda.
No duda Felipe en que Dios y la Virgen tuvieron misericordia y escucharon las oraciones de tantos contactados por su esposa en cadenas de oración. “Fueron cadenas de oración en el país e incluso fuera de Colombia, algo muy lindo, pero básicamente fue el poder de oración. Yo creo que Dios y la Virgen pensarían ¿y este quien es, que están pidiendo tanto por él?”
Tras estos continuos regalos del amor de Dios, Felipe tiene conciencia del grado de exigencia en la fe que el cielo espera de él: “Hice promesa que le iba a ser fiel a mi esposa el resto de su vida; y no ha sido fácil. Pero hay que ser valientes y es un llamado que le hago a los hombres, para que en el matrimonio respetemos a nuestra esposa a través de la fidelidad, que ahí le estamos siendo fieles a Dios también”.
Su alimento espiritual cotidiano es receta conocida dice: “la eucaristía, la confesión más frecuente, el rosario todos los días y también hicimos la consagración a la Virgen Desatanudos que fue maravillosa” afirma Felipe.