Entrevista a la hermana Martha Pelloni, en batalla contra la trata y asesinatos rituales de niños en Argentina

09 de marzo de 2023

Desde hace décadas, esta carmelita misionera teresiana, fundadora de la Red Infancia Robada, lucha contra la trata de personas y por la dignidad de los niños más vulnerables, y conoce el horror de las sectas que llegan a sacrificar seres humanos en ritos demoníacos.

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Mayo de 2015. Una religiosa declara ante un tribunal de Corrientes (Argentina). Ha acudido el obispo diocesano de Goya para mostrarle su apoyo. Su intervención, durante más de una hora, estremece a los presentes. Porque el juicio trata sobre la tortura y el asesinato ritual de Ramón González (Ramoncito), un niño de 12 años, a manos de un grupo sectario en 2006. Según la monja, no había sido el único caso, ya que en otra ocasión los criminales pagaron a una madre por un bebé al que "en un rito violaron y mataron, como hicieron con otros muchos".

 

Y continúa relatando que "la secta utilizaba chicos a los que obligaba a participar en la venta de drogas en el lugar y, además, en los ritos que hacían". Esta religiosa valiente se atreve incluso a apuntar al entonces intendente de Mercedes (ciudad a 100 km de Buenos Aires) de haber financiado la secta.

 

Un compromiso desde la consagración religiosa

 

¿Quién es esta monja? Se llama Martha Pelloni, nació en Buenos Aires en 1941 y pertenece a las Carmelitas Misioneras Teresianas, una congregación de vida activa fundada en España en 1861 por el P. Francisco Palau y Quer, carmelita descalzo. Beatificado por Juan Pablo II en 1988, el P. Palau destacó también por su ministerio de exorcista.

 

En el caso de la hermana Martha, su labor de ayuda a los más necesitados se ha concretado en la fundación de la Red Infancia Robada en 2008, aunque su origen está mucho tiempo atrás. El objetivo de esta entidad, que se está extendiendo por toda Argentina, es ayudar a los menores más vulnerables, especialmente los que son "víctimas de tráfico y trata de personas, abuso infantil, explotación sexual infantil y adicciones".

 

En 2013, esta religiosa recibió el premio Príncipe de Viana a la solidaridad, concedido en España. Hemos querido conversar con ella y saber, desde su conocimiento de estos fenómenos contrarios a la dignidad humana de los más débiles, cuál es el valor real de la criminalidad esotérica y su impacto en los niños. Agradecemos su disponibilidad para hablar con Portaluz.

 

Abuso infantil… y hasta sacrificios humanos

 

Para empezar, ¿cuáles son los principales problemas que sufren los niños con los que trabaja?

Sufren todo tipo de vulnerabilidad: pobreza material unida a la falta de promoción humana. Esto lleva consigo la naturalización de un abandono muchas veces no consciente. Hay maltrato físico y psicológico. En muchos casos, hijos de parejas jóvenes adictas que producen todo tipo de abandono en los hijos. Otro fenómeno es el abuso sexual intrafamiliar. En las situaciones de abuso sexual donde la madre hace la denuncia, el problema que sufren los hijos es que muchas veces la justicia le da la re-vinculación del hijo abusado al abusador. Además, cuesta mucho acceder a un abogado del Niño.

 

Uno de los peligros que usted ha denunciado públicamente es el asesinato ritual de niños, algo que parece propio de las películas de terror, y que podría hacer pensar a muchos que se trata de un fenómeno de “pánico satánico” alejado de la realidad. Sin embargo, hermana Pelloni, es una terrible verdad. ¿A qué se debe?

Existen numerosas sectas que rinden culto al Mal. A ese tipo de culto se le llama “satánico” y en sus diversos rituales realizan ofrendas de animales o de personas. Es triste pensar que en los adeptos a estas creencias hay integrantes de todas las condiciones sociales: ricos, clase media, pobres. Casi siempre el ritual es realizado con orgías de violaciones y droga, y finaliza con el sacrificio. Por lo general, las víctimas son elegidas por medio de la compraventa.

Hemos tenido en nuestra casa de acogida tres hermanitos de 15, 12 y 3 años respectivamente, que eran violados en un centro turístico de Empedrado (provincia de Corrientes) donde se realizaban estas orgías que también son llamadas “magia negra” con sus variantes… Asistían el intendente, la dentista y el comisario, entre otros. Lo denunciamos, hicimos marchas y rescatamos a los niños, que hablaron en la cámara Gessel. Personalmente pude escuchar sus relatos. Hubo muertes, como la de una niña de 15 años que fue drogada en el boliche y llevada allí. Los chicos contaban que se murió, decían que por una pastilla que le dieron. También se produjo la muerte de un bebé de 2 años.

 

Ramoncito y Marito Salto, dos víctimas inocentes

 

Uno de los casos más destacados fue el de un niño llamado Ramoncito, de Corrientes. ¿Qué sucedió? ¿Y cómo acabó el asunto?

Para conocer los detalles, remito a las publicaciones de los diarios de la época. Lo que cabe destacar es que logramos que los 10 integrantes de la banda de brujos de esa secta tengan cadena perpetua. Estuve en el juicio de los 9 primeros acusados, y unos años después encontraron en Córdoba, trabajando como inspector de tránsito, al que le cortó la cabeza a Ramoncito.

Fue escalofriante escuchar el interrogatorio de la jueza, ya que me llamaron a declarar como testigo de Ramonita, la joven de 15 años que logramos rescatar y que asistía con Ramoncito a las orgías. Era la próxima víctima elegida para el sacrificio. No pudo volver más a Mercedes. La sostuvimos junto con la Justicia durante 10 años escondida con su abuela y un hermano esquizofrénico. Tampoco se hizo Justicia con ella. No logramos ni siquiera un trabajo digno y una vivienda digna. La alojaron en una comisaría vieja abandonada y cada 15 días le daban algo de verdura.

Hay que pensar que la fiscal del juzgado de entonces y el dueño del único supermercado (llamado Lapacho) eran los que creían, sostenían y asistían a las reuniones y orgías de sacrificios. Este hombre le pagaba a Ramonita por los bebés que conseguía para el sacrificio.

 

Hace tan sólo unos meses, en septiembre de 2022, conocimos el desenlace de otro caso: el de Marito Salto, un niño asesinado en 2016 en Quimilí. ¿Qué pasó en esta ocasión?

Igual que antes, para conocer en profundidad lo que pasó remito a la prensa de Santiago del Estero. Este caso es idéntico al de Ramoncito, y pudimos comunicar a Ramonita con los investigadores del asesinato de Marito Salto en Santiago del Estero. En este caso, Miguel Ángel Jiménez, apodado “el Brujo”, ha sido condenado a cadena perpetua junto con otros dos más.

Por así decir, Jiménez era el dueño del Juzgado, ya que entraba con el narcotráfico, y pagaba con propiedades y autos la libertad de sus cómplices en la mafia. Esto significaba que los que recibían la paga eran sus amigos del Juzgado con poder de decisiones para la libertad. Costó mucho este juicio por el encubrimiento de las mafias enquistadas en el poder político y judicial.

 

Estos ritos no son religión

 

¿Las autoridades reaccionan convenientemente ante estos delitos? ¿Qué más se podría hacer?

Depende de los valores que las autoridades judiciales y de gobierno defiendan y promuevan. Siempre que la dignidad humana es atropellada de alguna manera por las distintas creencias de estos ritos tenemos que decir que no es de Dios. Con más razón si las autoridades no se comprometen en la defensa de los derechos humanos. Es fundamental la educación familiar y escolar en valores para no caer en esta bajeza de una fe destructiva de la esencia humana creada por Dios. Pensemos que hoy todo esto funciona con las adicciones a manera de sostenimiento, tanto en lo económico como en el ritual.

 

Hay personas que consideran que el esoterismo, los cultos afroamericanos y otras prácticas sincretistas, la adoración a la 'Santa Muerte'… serían creencias legítimas y aceptables en una sociedad respetuosa con el pluralismo religioso. Desde su experiencia, ¿se puede afirmar esto?

Por lo que acabo de decir antes, creo que nunca podemos aceptar este tipo de prácticas rituales con carácter de religión. Recordemos que toda religión, y la fe como creencia, es el culto que hacemos a Dios, en el que todo hombre se relaciona con Dios. Es un Dios que habita en el espíritu del ser humano, y éste alimenta, desde la fe, el amor y la esperanza en el Dios en el que cree.

 

¿La Iglesia católica –tanto los pastores como los laicos– hacen lo suficiente para prevenir este fenómeno de los crímenes rituales? ¿Qué más podría o debería hacerse?

Hay mucha negación a creer en esta existencia y se prefiere ignorar su funcionamiento real. Deberían hacerse capacitaciones, comenzando por el conocimiento de que muchas sectas tienen como manera de captación la droga. Existen familias enteras a las que llevaron engañadas y no volvieron más.

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